Luis Velázquez / Barandal
PASAMANOS: En el pasillo político de Veracruz dan como un hecho que tres mujeres buscarán la senaduría el año entrante.
Por el lado del PRI, Anilú Ingram Vallines, delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social.
Por el lado del PAN, Indira Rosales, secretaria de Desarrollo Social.
Y por el lado de MORENA, la diputada federal, Rocío Nahle.
El padrino de Anilú, el presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong.
El padrino de Indira, el también presidenciable (que así lo miran las hueste panistas), Miguel Ángel Yunes Linares.
El padrino de Nahle, el más presidenciable Andrés Manuel López Obrador.
Significa, claro, un hito en la política local.
Nunca antes una mujer, y menos tres mujeres al mismo tiempo, buscarían la senaduría.
Y más, porque hoy tres hombres son los senadores.
Y aun cuando los tres tienen como suplentes a mujeres, Fernando López Arias, 1962-1968, lo decía: “Suplente… ni de Dios”.
Claro, a dos ellas les ha ido bien.
Érika Ayala, la suplente de Héctor Yunes Landa, vivió y usufructuó un momento de gloria, tiempo aquel cuando se fue a su fallida utopía de gobernar Veracruz.
La ingeniero Rosario Guzmán Avilés, suplente de Fernando Yunes Márquez, está con un pie en el senado, pues el titular irá de candidato panista a la alcaldía jarocha.
Y Ainara Rementería, la suplente de Pepe Yunes Zorrilla, se ha concentrado en las tareas del hogar, lejos ya, muy lejos, del duartazgo, quien anda “a salto de mata” desde hace 138 días con su esposa, Karime Macías.
Antes de ellas, otra suplente, Nohemí Guzmán, entró al senado a la muerte del titular, Fernando Gutiérrez Barrios.
Incluso, Nohemí ha tenido tanta suerte en la política que también llegó de diputada federal cuando el titular, Miguel Ángel Yunes Linares, fue nombrado secretario General de Gobierno en el Chirinismo, 1992/1998.
La vida, no obstante, da giros. Y radicales. Hoy, por ejemplo, casi el 60 por ciento de la población es femenina. Y del total, casi el 50 por ciento tiene menos de 30 años.
Así, Indira y Anilú entrarían en el modelo juvenil, en tanto Nahle en la plenitud de la vida madura, más reposada, más serena, pero al mismo tiempo, más impetuosa, con un AMLO más fogoso que el fogoso mismo, puntero, se afirma, en todas las encuestas, para Los Pinos.
BALAUSTRADAS: Indira y Anilú están en el ruedo con vientos cien por ciento favorables, como son los programas sociales cuyo destino son los pobres entre los pobres, los miserables de Víctor Hugo, los desheredados de la fortuna de Albert Camus, los precaristas de Oscar Lewis, los olvidados de Dios de Luis Buñuel.
Y desde ahí pueden abrirse espacios para, digamos, tener, además del santo dedazo partidista del padrino, un respaldo popular, digamos, a la altura, en el territorio jarocho, de López Obrador.
Es el momento, además de que el tren solo pasa una vez en la vida.
Indira, por ejemplo, apenas, apenitas camina, y de un cargo administrativo en el Ayuntamiento de Boca del Río brincó al foro estatal. Joven secretaria del gabinete legal.
Anilú fue en el duartazgo “de todo y sin medida”. Directora de Radio, diputada local y derrotada candidata a diputada federal, tiempo cuando el prófugo de la justicia se lanzó con encono y furia en contra “de los enanos” de la política y del PRI.
Entonces, calculadora, fría, cerebral, con voltajes de más de 180 grados, Anilú se desmarcó de Duarte y miró hacia el altiplano y de pronto, zas, resucitó gracias a Osorio Chong, su gran padrino para descarrilar a Marcelo Montiel Montiel como delegado federal y asumir el cargo en SEDESOL.
Ahora, con el duartazgo en la lona y el descrédito y el desprestigio, Anilú está más posicionada que nunca.
Y más, porque en nombre de la llamada “cuota de género”, en el contorno priista ninguna otra mujer tricolor tan posicionada para el foro electoral como ella.
Tiene el látigo en la mano y tiene fuego y tiene hambre… política.
Y más ahora con un PRI desarticulado y un PAN que está cayendo en el nepotismo y una Morena ascendente.
Y más, herida con su derrota electoral. Y nada más peligroso en la vida pública que una mujer lastimada.
De Javier Duarte…ni se acuerda.
ESCALERAS: Por ahora, en el lado del PAN el otro favorito al senado es Julen Rementería del Puerto, quien desde la secretaría de Infraestructura y Obra Pública ha dicho a los suyos que solo estará un año y aprovechará con todo el tendedero político para amarrar la candidatura.
Y por eso mismo, cacareando denuncias penales en contra de sus antecesores, y de paso, en contra de Fidel Herrera Beltrán para hacer más feliz al góber azul.
En el PRI y en Morena todavía la fruta está madurando para visualizar a los otros dos candidatos a la Cámara Alta.
Y más, porque el año entrante los partidos políticos necesitarán un montón de candidatos fuertes, con arraigo y liderazgo, populares, bien vistos por la población, pues el abanico electoral incluye diputados locales y federales, además de la gubernatura, y que en el caso del PAN ya tiene nombre. Se llama Miguel Ángel Yunes Márquez.
Y en el caso del PRI estarían el par de senadores, Pepe y Héctor Yunes.
Y es que la historia siempre suele repetirse. Por ejemplo, la percepción de que el Senado es la antesala para la gubernatura.
Así, Anilú, Indira y Nahle podrían, digamos, perfilarse para el año 2024, con posibilidad real de que una mujer acabe con la racha de un Veracruz político machista por donde han desfilado 74 mandatarios.
La hora de la mujer política, sonando en el Golfo de México para dar un giro a la historia desde cuando el azorrillado y timorato Moctezuma II enviara veinte doncellas, entre ellas la Malinche, para su sevicia a Hernán Cortés (con todo y que venía sifilítico) y a su Estado
Mayor cuando desembarcara en las playas de Chalchihuecan y debajo de las sábanas, en el reposo del guerrero, “sopearan” el objetivo de los hombres barbados.