Luis Velázquez Barandal
Veracruz-.21 de enero de 2017.- PASAMANOS: En “La candidata” (Silvia Navarro, Televisa), de pronto, su esposo, el gobernador, y su homólogo senador de la república declinan por ella, senadora de la república, y se convierte en la única nominada a la presidencia.
Pero más aún: de pronto (telenovela al fin), el hombre más rico del mundo, que tiene barbita igual que Carlos Slim y es pelón igual que Slim y tiene la cara redonda igual que Slim y habla, oh paradoja, igual que Slim, se declara su fan y pone su fortuna a su servicio para la campaña y para su fundación social.
Silvia Navarro, belleza fría, inmensamente fría, en todos los capítulos mira con la mirada escudriñadora, como cuchillos filosos, dagas que se clavan, a los interlocutores, a excepción de cuando está con su hijo y su amante, pues su esposo la orilla a la infidelidad a partir de las amantes, hombre de poder y con poder, que desfilan en su vida como en un carrusel de caballitos en feria pueblerina.
Obvio, Silvia Navarro se convertirá en la primera presidenta de la república, derecho, derechito a Los Pinos.
Así, digamos, pudiera ocurrir el año entrante en el país y más ahora cuando hay, por lo pronto, tres mujeres buscando la nominación.
La primera en levantar la mano fue Margarita Zavala, la esposa de Felipe Calderón, quien dejó 20 mil muertos en su sexenio en la guerra contra los carteles y cartelitos.
La segunda, una comandanta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que está por definirse con la venia del ex subcomandante Marcos ahora rebautizado como Galeano.
Y la tercera, la ex gobernadora de Yucatán, diputada federal por segunda ocasión, Ivonne Ortega, quien el fin de semana estuvo en el centro de Veracruz, en Mariano Escobedo, invitada por su homóloga, Lillián Zepahua, la hija del cacique indígena en la sierra de Zongolica, Mario Zepahua Valencia.
Mucho se duda, sin embargo, de que en verdad Ivonne Ortega busque la candidatura, pues ella es fan y promotora de Miguel Ángel Osorio Chong para la nominación priista.
Pero si fuera, entonces más, mucho más ganarían las tres mujeres si se fusionaran en una sola candidatura.
BALAUSTRADAS: La primera mujer en lanzarse a la carrera presidencial fue la señora Rosario Ibarra Piedra, conocida en el país por su legendaria y mítica lucha para rescatar vivo y sano a su hijo Jesús, desaparecido en el tiempo de la guerra sucia de Luis Echeverría Álvarez.
Doña Rosario contendió en las urnas en dos ocasiones. La primera ante Miguel de la Madrid y la segunda ante Carlos Salinas.
Después fue Cecilia Soto, empleada hoy de Carlos Slim, quien jugó en el año 2000 ante Vicente Fox y Roberto Madrazo Pintado.
La tercera fue Marcela Lombardo, diputada federal en 1976 cuando derrotara en las urnas en la Ciudad de México al candidato priista, Miguel Ángel Yunes Linares, y quien según la fama pública le enviara un cheque en blanco firmado para que ella le pusiera la cantidad a cambio de declinar la curul a su favor.
La hija de Vicente Lombardo Toledano contendió ante Ernesto Zedillo.
La cuarta fue Patricia Mercado, secretaria General de Gobierno hoy con Miguel Ángel Mancera, jefe máximo en la Ciudad de México, y que se midiera en las urnas ante Felipe Calderón.
Y la quinta fue la panista Josefina Vázquez Mota ante Enrique Peña Nieto, y que en el Veracruz de Javier Duarte se impusiera en las urnas.
Ahora, y por fortuna, hay un trío de mujeres que buscan la silla imperial y faraónica de Los Pinos.
Ya se verá si “La candidata” de Televisa con Silvia Navarro resulta profética.
ESCALERAS: Del trío de mujeres en la pasarela electoral, la candidata que será del EZLN significa una utopía social, digamos, sólo para crear más conciencia social sobre el grave pendiente indígena con la pobreza, la miseria y la jodidez milenaria y ancestral.
La promoción de Ivonne Ortega tiene como único trasfondo empujar la carreta para que en el momento clave en la contienda interna del PRI decline a favor de Osorio Chong.
En tanto, “La Calderona” como llaman las indígenas de Chiapas a Margarita Zavala, enfrentará en la lucha partidista a Ricardo Anaya, el presidente del CEN del PAN, al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y a Ernesto Ruffo Appel, el primer mandatario estatal del PAN, en Baja California.
Mucho camino resta aún a las mujeres atrás de sus legítimos derechos electorales, que incluyó en el México de Adolfo Ruiz Cortines la facultad de votar, pero que hasta muchos años después, la posibilidad de ser votadas, y al mismo tiempo, oh paradoja, con muros tipo Donald Trump.
Kate del Castillo lo dejó claro, cuando luego del reality-show con Sean Penn y Joaquín “El Chapo” Guzmán, buscó la candidatura a gobernadora por el estado de México y fue vetada, simple y llanamente, dijo ella, porque es mujer, además del escándalo mismo con el capo recién extraditado a Estados Unidos.
Con todo, es la hora social y política de las mujeres.
Los hombres de todos los partidos políticos han demostrado que en la tarea de gobernar son deshonestos y corruptos.
Incluso, hasta criminales como han llamado a Javier Duarte los senadores Emilio Gamboa Patrón y Miguel Barbosa y el líder nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, sin contar, claro, a las otras “joyas de la corona” y la desvergüenza, Roberto Borge (Quintana Roo), César Duarte (Chihuahua), Guillermo Padrés (Sonora), Rodrigo Medina (Nuevo León), Andrés Granier (Tabasco), Tomás Yarrington y Eugenio Flores Hernández (Tamaulipas), Mario Marín (Puebla), José Murat Casab (Oaxaca) y Mario Villanueva (Quintana Roo).