Luis Velázquez | El Piñero
14 de agosto de 2021
Estamos como en el juego de Juan Pirulero y cada político atiende su juego. Juega su juego. Y lo juega, claro, con pasión volcánica.
Por ejemplo, el juego más lucrativo “hoy, hoy, hoy” es declararse Siervo de la Nación y militante de la 4T y de MORENA y fans del Edén.
Así, el disidente, el conservador, el emisario del pasado como les llamaba Luis Echeverría Álvarez, un simple comentarista, es acusado de gran traidor a la patria.
La patria llamada López Obrador.
Más porque desde “La mañanera” se azuza el rencor social y se vive para la discordia, cuando, caray, la filosofía política indica que cada grupo gobernante encaramado en el poder ha de predicar con hechos concretos, específicos y macizos la concordia.
Digamos, la unidad nacional como decían en el priismo, para empujar y favorecer el bienestar social.
Seis de cada diez habitantes del país, en la pobreza, la miseria y la jodidez.
El resultado social es uno solo. Nunca como ahora somos un pueblo desunido. Fracturado. Escindido.
Las pasiones políticas llevadas al decibel más alto de la vida pública y la vida familiar y la vida privada.
Parejas, hijos, hermanos, tíos, primos, tomando partido con fervor religioso a favor y en contra de López Obrador.
La población con López Obrador. La población contra López Obrador.
Todos contra todos, únicamente porque desde la homilía mañanera se recrea la ruptura social.
Los antecesores, pillos y ladrones.
En la 4T, ángeles de la pureza.
Los expriistas, experredistas y expanistas convertidos como Gregorio Samsa en la novela de Franz Kafka, en Morenistas, el caso de Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad, el caso más notorio y singular.
Bastó que Bartlett se declarara feligrés de la capilla obradorista para quedar purificado.
Los hijos de Juan Pirulero.
CONGRACIARSE CON AMLO
Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno en la Ciudad de México, y Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores, operando en el día con día para ganar la candidatura presidencial de MORENA en el año 2024.
Los otros destapados por López Obrador como probables (Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle García) simples rellenos y que, bueno, pedacito de gloria les corresponde.
Y en el caso de Nahle, que “nadie se haga bolas”, ¡oh Carlos Salinas! porque es la favorita para la candidatura a gobernadora de Veracruz por encima, lejos, mil años luz, de Ricardo Ahued Bardahuil, y ni se diga, de Eric Cisneros Burgos y Zenyazen Escobar.
El primer objetivo de todos, congraciarse con López Obrador para mantener la preferencia.
Igual, igualito como sucediera en el sistema político priista y panista.
Por eso, y en contraparte, a la greña entre ellos, y si Ebrard sostiene junta cumbre en Toluca con los suyos para el 2024, Sheinbaum concierta reunión estelar con las 5 gobernadoras electas de MORENA exhibiendo el puño.
Bastó que López Obrador los destapara para que todos se desataran, incluido, el senador Ricardo Monreal Ávila, quien excluido de la lista celestial lucha con denuedo para encartarse.
Juan Pirulero, en la prueba de fuego.
Y en el otro lado de la moneda, la pobreza y la miseria de la población, con miles de empleos dados de baja (la Ciudad de México, Quintana Roo y Veracruz, en los primeros lugares nacionales), sin ninguna posibilidad de que cambien las circunstancias.
Los ciudadanos de a pie, cada vez más jodidos. El COVID originando peores estragos pues la mayoría de los hospitales públicos y privados están al cien por ciento de saturados.
Y los grupos políticos, alrededor de Sheinbaum y Ebrard en el altiplano, y de Nahle en Veracruz, pensando en el próximo sexenio.
Más, cuando la guerra de Independencia dejó trescientos mil muertos y los pobres… pobres siguieron.
Y la revolución dejó un millón de muertos, y los jodidos… más jodidos que nunca.
Y luego de los más de setenta años de hegemonía priista, la pobreza es más elevado resplandor.
Con “el pesado fardo de un gran atraso político, social y económico, México no puede darse el lujo de perder su tiempo en disputas baldías” escribiera don Daniel Cosío Villegas el 4 de abril de 1969 en su columna habitúan en el periódico Excelsior de don Julio Scherer García.
MAÑANERA DE DISCORDIA
Lo más lamentable es la discordia fomentada desde “La mañanera”, todos los días.
Pero también azuzada desde los partidos políticos opositores.
Y entre los grupos de intelectuales y empresarios y periodísticos a favor y en contra.
La discordia por encima, lejos, del consenso. Incluso, de lo que en el siglo pasado los priistas cacareaban como “la unidad nacional” y que, bueno, era tanta la unidad que unos a otros se mataban, emboscaban, fusilaban, desaparecían.
Son mucho, demasiados, excesivos, los pendientes económicos y sociales, educativos y de salud, de seguridad y justicia, para vivir con la Magnum en la mano y apretando el botón nuclear rafagueando a los otros, a los demás, a los adversarios y enemigos, a los rivales.
Cada parte, adorando a Juan Pirulero, con el riesgo de terminar como en la novela El arlequín, de Morris West, donde par de empresarios poderosos se intrigan y complotan y hacia el final las dos partes se matan y un tercero, que permanecía a la expectativa, se queda como líder del mercado.
La peor desigualdad económica y social del continente está en México.
Y las tribus políticas, zambullidas en la discordia como única estrategia para vencer y dominar.