Redacción El Piñero
Oaxaca, México.- A Gilberto no le alcanzó el aliento para hacer uso del sistema de salud renovado, el que tanto se ha prometido, pues murió esperando auxilio en el Hospital Regional de Tuxtepec, ubicado en la región de la Cuenca del Papaloapan, donde la vida, lamentablemente, no vale nada.
La historia de Gilberto Martínez Gregorio, es una serie de eventos desafortunados y provocados por la falta de conciencia al manejar, pues fue atropellado en la banqueta de su casa, ubicada en la colonia Nueva Florencia, el pasado 6 de marzo, cuyo presunto responsable está prófugo de la justicia.
A partir de esta situación, Gilberto inició sus días de agonía, postrado en una cama y a merced de la burocracia médica.
Lo internaron en el Hospital Regional de Tuxtepec, un inmueble que desde hace varios años está rebasado por la alta demanda; su misión es ofrecer servicios a todos los habitantes de la región, es decir, a más de 200 mil personas, pero las camas nunca han sido suficientes.
Gilberto fue atendido con lo que hay, pero no fue suficiente para poner a salvo su vida. Su hermana Gabriela, creyó en las palabras del presidente Irineo Molina, que ofreció una Tierra de Bienestar; entregó su fe a las palabras del gobernador Salomón Jara con una trasformación para Oaxaca, y puso sus esperanza en Andrés Manuel López Obrador y su discurso de humanidad y buscó, una y otra vez, una cama para su hermano en algún hospital de especialidades, de Oaxaca, de Veracruz y de la Ciudad de México, pero no tuvo suerte ni mucho menos el acompañamiento de quienes, en algún momento, pidieron su apoyo en las urnas.
Su hermana en México y su hermano en Nueva York, lucharon hasta el último momento, tocaron una y otra vez las puertas de los hospitales sin que ninguna fuera abierta para mantenerlo con vida.
Suplicaron a quienes pudieron mover ‘las palancas’ porque en este país así se mueve todo, pero no, no hubo respuestas, hoy no hay campañas y entonces los políticos que ya son autoridad no son amigos de todos.
En la región de la Cuenca del Papaloapan, una familia llora a Gilberto, por falta de atención médica.
LA FALTA DE JUSTICIA
El hermano de Gilberto pide justicia, entre lágrimas, su dolor lo expresa diciendo que mientras ellos sufren, el presunto asesino de su hermano ríe ante la falta de acción por parte de las autoridades, que se negaron a levantar la denuncia a la hermana de Gilberto, argumentando que era un proceso tardado.
Hoy hay exigencias para que se haga justicia, para que las personas sepan que sus actos tienen consecuencias.
El grito de ayuda se convirtió en un grito de justicia para Gilberto, desde una profunda frustración.