Redacción El Piñero
Tuxtepec, Oaxaca.– La Policía Vial Estatal ha dejado caer la guillotina sobre los conductores ebrios reincidentes.
Anunciaron solemnemente que aquellos que hayan sido detenidos en estado de embriaguez y, aún peor, hayan desencadenado accidentes, enfrentarán un castigo digno de las páginas de los dramas más intensos de la sociedad.
El comandante de la Policía Vial, Fermín San Juan Chincoya, ha destapado la caja de Pandora al revelar que los infractores deberán cumplir un año entero de pláticas en Alcohólicos Anónimos, conocido coloquialmente como “Doble AA”, para que la policía vial considere la devolución de sus licencias de conducir. Esta medida, que funciona de manera independiente a las multas y servicios comunitarios, se establece como un monumento a la sobriedad forzada.
El anuncio llega como un terremoto en la cultura de tolerancia hacia el consumo excesivo de alcohol al volante.
Un taxista en Tuxtepec, quien previamente fue arrestado por conducir ebrio, se encontró trabajando como banderero en el centro de la ciudad como parte de su servicio comunitario. Esta nueva medida establece un precedente en el juego de las sanciones viales, llevando la represión a un nivel que podría cambiar para siempre el paisaje de las carreteras y la vida nocturna de la ciudad.