Redacción / El Piñero.
Tuxtepec, Oaxaca.- Una familia de escasos recursos en la colonia Insurgentes, atrás del reclusorio, está en pleno peligro mortal; toda vez que un cable de alta tensión se zafó de su posición, cayendo sobre una barda que colinda con su casa.
La electricidad que aún corre por ese cableado, ha generado un fenómeno llamado “Inducción” haciendo que las varillas de los castillos de esa barda se electrifiquen, poniéndolos al rojo vivo.
Mas peligro aún, la casa contigua, que es habitada por dos adultos y dos menores de edad se encuentra electrificada, con el peligro que conlleva el contacto con los pequeños o animales domésticos.
Dice la dueña de la casa que desde el jueves 27 a las 12 de la noche que se dio cuenta del problema habló al 071, número destinado para emergencias de CFE, sin embargo, le dijeron que “ya irían a repararlo” y mintiendo de forma atroz, no han ido a revisar nada.
Por nuestra cuenta, al recibir el llamado angustioso de esta madre de familia que nos dice que “mi puerta de la casa da toques, también mi cama y el tanque de agua, no podemos caminar sin zapatos porque nos da toques” nos dimos a la tarea de marcar a los números de emergencia 071 (CFE) y 911 (auxilio y ayuda) sin recibir nunca una contestación de su parte.
En el caso de CFE se hicieron 7 llamadas consecutivas, y solo el tono de llamada entrando, pero nadie contesto, al final una grabación automática cuando nadie contesta se escucho.
Por otro lado, al marcar al “salvador” número de emergencia 911, tuvimos llamadas de hasta 1 minuto, sin que nadie contestara, igual, de manera reiterada, pareciera que el pueblo del sureste puede morirse de cualquier cosa y sus autoridades… bien gracias.
Nos unimos al llamado y exigencia de esta familia, que su vida está en un hilo al no tener a dónde acudir, y tener que salirse de su casa porque es un peligro latente mortal.
Esperamos que las autoridades correspondientes, después de su merecido descanso desde el jueves, tengan a bien en tomar en cuenta a las personas de escasos recursos, que al igual que ellos, también viven y respiran, y no son solo números rojos en las estadísticas.