Luis Velázquez /Escenarios
09 de julio de 2019
UNO. El prófugo de la justicia
Un duartista más está y sigue en la mira. Es Antonio Tarek Abdala. El súper tesorero de la secretaría de Finanzas y Planeación. El jefe de jefes para manejar el billete público, por encima de los titulares de SEFIPLAN. “El hermano que soñé tener” decía Karime Macías. El enviado de Karime a SEFIPLAN. Y al Congreso de la Unión.
El mismito que en el casi sexenio de Javier Duarte se creyó intocable.
El tesorero que hiciera esperar a los presidentes municipales en audiencia mientras él jugaba, basquetbolista al fin, a encestar una pelotita en la canastilla instalada en su oficina, y con los pies trepados en el escritorio.
Aquel que cuando andaba en campaña electoral por la curul federal para ganar inmunidad logró que el alcalde de Tres Valles, de bajita estatura, trepara a una silla de madera para ubicarse, digamos, a su nivel, o en todo caso, como dijera el ranchero, “para hablarle al chile”… de los pendientes sociales de su pueblo.
Tarek Abdala, el héroe del baloncesto en Estados Unidos, ahora con orden de aprehensión por el presunto desvío de 453 millones 600 mil pesos cometido con las cuotas de afiliados al Seguro Social de los trabajadores de la Educación.
¡Ay, señor, cuánta presunta corrupción política hay, parece existir, en los funcionarios públicos!
DOS. Los aliados de Tarek
Era impecable Tarek Abdalá. Impoluto. El modelo de la juventud política eficiente y eficaz. El político leal y fiel a Karime. Y a Javier Duarte. El chico que paseaba su honestidad “a prueba de fuego” y en contra de las intrigas y envidias de los quisquillosos.
Ahora, caray, dos años y medio después, más un mes, sigue en la mira de la autoridad.
Pero además, insólito, la causa penal número 255/2018 salpica y enloda a otros compañeros del gabinete duartista aquel.
Uno, Antonio Gómez Pelegrín, ex titular de la SEFIPLAN. Arnulfo García, tesorero. José Francisco Díaz, ex subdirector de Operación Financiera de SEFIPLAN. Y Carolina Estrada, ex subdirectora de la Tesorería estatal. (La Jornada Veracruz)
El sindicato promovió la denuncia penal. Parten de un hecho: el duartazgo “dejó de dar cuenta a los afiliados de préstamos por el Seguro Social del magisterio, crédito a farmacias y compra de electrodomésticos”.
Insólito, pues, que tanto meses luego del duartazgo, la cueva de Alí Baba y los cuarenta ladrones todavía siga dando para el escándalo, pero con todo, la orden de arresto contra Tarek Abdalá y asociados, resulta indicativa.
TRES. Cañerías apestan a tufo
Mucho, demasiado estercolero e inmundicia ha corrido desde el primero de diciembre del año 2016 cuando Miguel Ángel Yunes Linares tomara posesión como gobernador a la fecha.
Pero, bueno, Flavino Ríos, el góber de 48 días retrató a Duarte con la siguiente frase célebre:
“Era mi amigo. Pero a todos nos engañó”.
En 8 palabritas, Flavino resumió la vida pública en Veracruz durante casi un sexenio.
Bastaría recordar el número de políticos internados en el penal de Pacho Viejo acusados de trastupijes y que, bueno, alcanzaron la libertad bajo palabra para agotar el proceso penal bajo arraigo domiciliario.
Con todo y que, por ejemplo, todavía hay 68 policías acusados de desaparición forzada (el delito por el que Duarte se amparó y le fue rechazado) internados en el legendario y mítico penal donde han dormido un montón de políticos.
Sabrá el chamán con su bolita de cristal el destino que depare a Tarek Abdala.
Pero las cañerías apestan a tufo. Y ojalá el tufo no sea contaminante y se propale…