Felipe de Jesús Fernández Basilio/Desde a Janela
En todo el mundo hay gobernantes malos, en algunos lugares los hay más malos aún, pero en pocos lados hay gobernantes tan malos y cínicos como en Veracruz, estado que verdaderamente ha tenido una pésima racha de gobernantes nefastos y como ejemplo tenemos la seguidilla de gobernantes compuesta por Herrera, Duarte y ahora García, a Yunes no lo incluyo en esa lista porque su trabajo fue regular dando un poco de orden y de igual manera trató de recuperar el botín que sus antecesores se robó, aunque su gobierno deslució mucho debido a la ambición personal y familiar por el poder y porque se rodeó de puros personajes grises y serviles que no pudieran quitar brillo a sus vástagos más justo es decir también que en su gobierno no se observó una intención clara de dañar al estado como sí sucedió y sucede con los enumerados previamente.
Al dispendio financiero, a la criminalidad importada por Herrera y al saqueó desmedido de Duarte agregamos ahora el encubrimiento y la corrupción descarada de García, a los que sumamos la hipocresía y la mentira como forma habitual de conducirse en el actual gobierno veracruzano.
Porque ya nos quedó bien claro que no se va ni a seguir recuperando el dinero robado tan descaradamente al estado ni mucho menos se va a perseguir a quienes perpetraron ese atraco en contra de las arcas veracruzanas, así como también nos quedó claro que oficialmente no hay un contrapeso fuerte frente a un gobierno que está organizado para hacer todo lo contario a lo que es su función: gobernar.
El poder legislativo se encuentra dominado por una mayoría afín al gobierno del estado que lo único que hace es aprobar no solo las iniciativas, sino que también las trampas e ilegalidades que les envían de Palacio de Gobierno o quizás del Nacional.
El poder judicial tampoco es un contrapeso, porque sigue siendo tan servil como siempre lo ha sido con el gobierno en turno y lleno de magistrados que solo viven en un estado de confort con cargo al erario, cobran sueldos muy altos y la mayoría de ellos no trabaja en la impartición de justicia y es muy común verlos como floreros en foros, seminarios y cualquier evento público o académico, es decir son muy caros y no trabajan para lo que fueron contratados.
Los órganos autónomos tampoco sirven de contrapeso, debido a que son conducidos como meros instrumentos de ornato como sucede en la CEDH, la que opera de una manera muy similar a lo descrito en el caso de muchos magistrados o se encuentran ocupados por personas sumisas y sin perfil para el cargo o fueron descabezados ilegalmente como ocurrió con la fiscalía.
Y del gabinete del ejecutivo ya mejor ni hablamos, porque ahí se ve todo tipo de desaseos y corruptelas, siendo ejemplos de eso los contratos que se firman en casi todas las dependencias mediante una adjudicación directa, lo cual es el gran sinónimo de la corrupción, ya que con ese mecanismo se inhibe la libre competencia para favorecer a un solo proveedor, el cual generalmente es amigo de quien hace la convocatoria.
O bien tenemos el caso de los contratos celebrados entre las autoridades educativas y la empresa líder en el mercado de alimento chatarra en el país para que sus productos se vendan en exclusiva en las escuelas del estado, cuando la tendencia nacional e internacional es buscar la erradicación de ese tipo de alimentos en las escuelas y sustituirlos por alimentos sanos.
Pero lo que retrata completamente al actual gobernador y a su gobierno en general es la manera tan fría e indiferente con el que afrontan el mayor de todos los problemas que tenemos en el país: la inseguridad y uno de los derivados de la misma que son las desapariciones de personas ya sea por parte del crimen organizado, por las autoridades o bien por ambos.
Y sucede que tanto el gobernador como la encargada espuria de la fiscalía se negaron atender personalmente a los familiares de muchos desaparecidos en la zona centro del estado, poniendo como pretexto que solo iban a recibir a los familiares de los últimos desaparecidos y no a todos, ya que una de las muletillas del actual gobierno es que dan atención directa solo a los interesados y no a intermediarios, y como se congregaron más personas afectadas por esa desgracia mejor cerraron y acordonaron el edificio en el que se iban a reunir y pusieron pies en polvorosa por una puerta de servicio, dejando plantados a todos los que habían acudido de muy lejos para obtener una explicación o al menos una promesa de búsqueda.
Actuando de esa manera cuando el gobernador prometió hasta el cansancio que las desapariciones se iban a esclarecer y que iba personalmente a buscar una solución a ese problema más al no hacerlo primero le echó la culpa al fiscal que no era de su grupo político y ahora que tiene, aunque sea de forma espuria, a una incondicional mejor opta por no recibir a nadie para no dar ninguna explicación, que seguramente no tiene y salir huyendo por la puerta de atrás dejando plantados y burlados a los familiares de los desaparecidos.
Y si a eso le sumamos la pregonada austeridad republicana con baja de salarios de altos funcionarios públicos que en un año no ha hecho y la lucha contra la corrupción y el nepotismo, los cuales han sido fomentados por el mismo gobierno; bien se puede decir que García es un gobernador que defrauda y cuando se le complican las cosas mejor huye.
Twitter: @FelipeFBasilio