- La honestidad como garantía
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: 51 años de militancia priista, 46 años en cargos públicos altos y menores, Edmundo Martínez Zaleta sueña con la candidatura al Senado de la República.
Ex presidente municipal de Papantla, ex director de Tránsito con Agustín Acosta Lagunes, ex presidente del CDE del PRI, con un doctorado, ha levantado la mano para enfrentar en la disputa interna a Elizabeth Morales (delegada federal del ISSSTE), Anilú Ingram (delegada federal de SEDESOL), Juan Carlos Molina Palacios (líder de la CNC) y Carolina Gudiño, articulista semanal en el puerto jarocho.
Se ignora la posibilidad real que tenga. Y más, en un Veracruz donde el tricolor lleva tres derrotas consecutivas, como son la gubernatura y el Congreso el año anterior y las alcaldías este año.
Y más, cuando el tricolor vive y padece el peor de todos los tiempos en su historia, desde que el año anterior fuera derrotado en las urnas por la alianza del PAN y PRD.
Y más, cuando el PRI ha dejado de tener la llave abierta de la secretaría de Finanzas y Planeación, y ahora un factor decisivo para ganar la candidatura a un puesto de elección popular es que el candidato tenga fluidez económica.
Y más, cuando hay una manifiesta deserción de elites priistas a otros partidos, entre ellos, al PAN y MORENA.
Y más, cuando se ignora si Martínez Zaleta tenga la capacidad suficiente para sublevar y/o poner en pie de lucha a su pueblo, Papantla, por ejemplo.
PASAMANOS: “No soy, dice Zaleta, ni la mejor opción ni tampoco la única”. Pero en contraparte, se ufana de su “imagen limpia” con una trayectoria pública fuera de serie, insólita en un país en el primer lugar de la corrupción política mundial, pues cada sexenio y cuatrienio suelen aparecer nuevos ricos y fortunas insólitas.
Por eso, habría de preguntarse si la honestidad de un hombre sirve, y en el caso, para levantar expectativas en la población electoral cuando, caray, la mitad del mundo y la otra mitad ha sido prostituida desde por despensas (canastas alimenticias le llama la yunicidad) hasta gorritas y camisetitas y hasta billetito en efectivo, y si hay fuerza social suficiente, carguitos públicos.
Y es que más allá de que a un político pillo y ladrón le llamen corrupto y sea, incluso, exhibido en el tendedero mediática, rara vez termina en la cárcel purgando una condena y devolviendo “el dinero robado”.
La deshonestidad es la constante.
Y si un político “ordeña la vaca”, le llamarán corrupto, pero por lo regular disfruta el botín con su familia.
Y si demuestra que en verdad nunca, jamás, robó, entonces nadie le cree, y segundo, lo señalan de tonto.
Habría, entonces, de preguntarse si la honestidad de Martínez Zaleta sería considerada tanto en el CDE del PRI como en el CEN para ser mirada como una posibilidad efectiva en las urnas.
Sin descartar, claro, el virulento tráfico de influencias alrededor del “dedazo” y que ahora en el Peñismo tiene vida saludable.
CASCAJO: En Papantla, la tierra deslumbrante del Tajín, un proverbio dice que “el que persevera mata venado”.
El ex priista Basilio Picazo, cacique en la montaña negra, perseveró tanto que renunció al PRI y afilió al PAN, con todo y su compadrazgo con el fidelista y duartista de los tiempos relucientes, Jorge Alejandro Carvallo Delfín, “el hijo más ruin que he tenido” según experiencia bíblica de su padre.
También perseveró el ex dantista y ex alcalde, Domingo Yorio Saqui, y la libró luego der involucrado en ilícitos de Javier Duarte.
Por más y más que Florencio Azúa Gallegos, el líder de la Liga de Comunidades Agrarias consentido de Agustín Acosta Lagunes, perseveró para mantenerse vigente en el carril político, fue debut y despedida.
En el limbo también se perdió Blas Milo Squitín, el exalcalde que fue poderoso, poderosísimo secretario particular de Ignacio Morales Lechuga, ex Procurador de Justicia de la nación en el salinato, a tal grado que también se construyó en el pueblo su “Colina del Perro”.
Muchos años después, Martínez Zaleta sigue porfiando, ahora para amarrar la candidatura y lograr una curul senatorial.
RODAPIÉ: Por ahora “nada para nadie”.
Por ejemplo, si el candidato priista a la gubernatura sería Pepe Yunes Zorrilla unos serán los candidatos al Congreso de la Unión.
Y si es Héctor Yunes Landa, otros serán los premiados.
Martínez Zaleta está hectorizado, y si su jefe y amigo saliera quizá los vientos serían favorables, y si por el contrario, perdiera, entonces, quizá el acuerdo con Pepe Yunes lo bendeciría.
Pero al mismo tiempo, cada aspirante ha de medir su fuerza política y social (quizá también económica) en la cancha.
Y por añadidura, sus amarres en el altiplano, pues “el dedazo” siempre mata la democracia partidista y la democracia electoral.
Zaleta será (es) un político honesto, eficiente y eficaz, pero en medio de tanta rebatinga resulta insuficiente.
Y más, en un país (y en un Veracruz) donde la población mayoritaria es joven. Y en el caso, sus adversarios son menores de cuarenta años, aun cuando la frase bíblica de Miguel Alemán Velasco cuando lo destaparon candidato a gobernador y de que “no me contrataron para semental” resulta profética.
Si Martínez Zaleta saliera candidato significaría que el PRI está premiando la honradez “a prueba de bomba” de sus militantes.