Luis Velázquez | Barandal
12 de junio de 2021
ESCALERAS: Hay una película sobre los milagros sociales que la prensa alcanza cuando sirve a la población. Se llama “Secretos de Estado” y en donde actúan en papeles esteles Keira Knightly y Ralph Fienes.
Es un filme sobre la alianza entre una activista social en contra de la guerra de Irak y una ONG defensora de los derechos humanos y un reportero y un periódico enfrentando a los presidentes George W. Bush, Estados Unidos, y Tony Blair, Primer Ministro de la Gran Bretaña, obsesionados con derrocar a Saddam Hussein, Irak, con el pretexto de estar creando armas nucleares.
PASAMANOS: La activista trabaja en una dependencia británica donde tiene acceso a información ultra contra súper secreta.
Un día, descubre unos telegramas en clave donde los jefes máximos acuerdan declarar la guerra a Irak y ella los copia y lleva a casa, molesta, indignada, encabritada con la decisión unilateral de Bush y Blair.
Ella está en contra de Saddam. Pero se opone a la declaratoria de guerra porque de por medio está la población civil.
Y envía el documento a un reportero ocultando su identidad.
CORREDORES: En un principio, y como ha de ser, el periodista desconfía de la autenticidad del documento. Pero picado por la curiosidad, uno de los grandes atributos de un reportero, sigue la pista.
Y habla con el director general y el jefe de Información. Y con un reportero ya retirado pero con muchas relaciones y contactos, vivencias y experiencias, corresponsal de guerra que fue.
Y publica el documento. Y Tony Blair y Bush estremecen.
Entonces, ordenan interrogar a uno por uno a los empleados de aquella oficina para descubrir, según ellos, al delator.
BALCONES: Entre los burócratas empieza la tortura. Y la activista social (Keira), muy digna, enfrenta los hechos y se declara responsable de la filtración.
Y comienzan los días y meses duros para ella y su esposo, y quien de ñapa es un joven musulmán.
Entonces, entra la ONG (Ralp Fiennes) y arropa su causa y defensa. Y más, mucho más, porque la activista se mantiene.
“Mi único objetivo, dice, es evitar una guerra porque la población civil, que nada debe, es asesinada. Niños, mujeres y ancianos”.
PASILLOS: En el periódico se arma el desmadre. Unos, con la activista. Otros, a favor de Tony Blair y Bush. Es decir, el poder político, económico y social.
Hacia el final de aquellos días volcánicos, el reportero se impone cuando aporta más y más documentos y hechos.
Incluso, la ONG habla con el director del programa “60 minutos” de Estados Unidos y demuestran que la guerra de EU y Gran Bretaña es un acuerdo unipersonal entre el par de presidentes.
El juicio contra la activista sigue. Y es llevada al tribunal. Y en su intervención ella pide, con la ONG, y en nombre de la rendición de cuentas, la entrega de todos los documentos secretos de Estado alrededor de Irak y la guerra.
VENTANAS: El trancazo es fuerte. Categórico. El Estado da marcha atrás a la demanda penal contra la activista, temerosos de que los documentos secretos sean abiertos.
Y más, cuando en ambos países habrá elecciones presidenciales y el partido en el poder tiene miedo de una derrota en las urnas.
La activista queda exonerada. La declaran inocente. El periódico la proclama defensora de la población civil.
El filme retrata el paraíso terrenal que una activista, una ONG y la prensa logran cuando se alían para garantizar el interés social.
Por desgracia, es una película…