Luis Velázquez | El Piñero
26 de agosto de 2021
EMBARCADERO: Hace cincuenta años, el escritor Mario Vargas Llosa publicó el libro “García Márquez, historia de un deicidio”… Fue su tesis profesional para graduarse como doctor en Literatura por la Universidad Complutense de Madrid… Era un libro incunable… En su momento, las ediciones se agotaron y nunca volvió a reeditarse… Entonces, se atravesó un desaguisado entre ambos escritores, los dos Premio Nobel de Literatura años después… Ahora, la editorial Alfaguara lo ha publicado… Y se trata de una infinita generosidad de Vargas Llosa…
ROMPEOLAS: Los dos iniciaron una relación epistolar, sin conocerse… Uno originario de Perú y el otro colombiano, llevaban vida ascendente tanto en el periodismo como en la literatura… Incluso, vaya destino, recién llegados a París cada uno en su tiempo, los dos vivieron en el mismo hotel, primero, en una habitación, y luego, en la azotea cuando la vida era en contra y desventurada y eran “felices e indocumentados” escribiendo… En la misma buhardilla, García Márquez escribió “El coronel no tiene quien le escriba” y Vargas Llosa “La ciudad y los perros”…
ARRECIFES: En el intercambio epistolar hablaron de libros y uno a otro se recomendaron autores, novelas, cuentos, libros de poemas… Y por fin, años después, se conocieron en un aeropuerto, parece en Caracas, donde ambos asistían a un foro literario… Tiempo después aparecía el boom literario de América Latina… Además de García Márquez y Vargas Llosas, estaban Julio Cortázar, el argentino que primero llegara a País, y Carlos Fuentes Macías, el otro trotamundos… También, parece, a ese boom pertenecieron los cubanos José Lezama Lima y Miguel Ángel Asturias…
ESCOLLERAS: En el libro, tesis profesional, Vargas Llosa se ocupa de la narrativa de García Márquez desde la primera hasta la última novela, en ese momento, “Cien años de soledad”… Es una tesis descomunal de 636 páginas, escritas como una novela y que la hace triplemente interesante… Se lee de una sentada durante unos 4, 5 días… Unas 125 páginas por día y con un cafecito de olla a un lado para sentir el tropel de las palabras en el carril kilométrico… Es la vida del Gabo… Y la vida de sus padres y abuelos… El abuelo, quien héroe de mil batallas, cuenta al niño de 5, 6, 7 y 8 años, todas y cada una de las batallas en la guerra… Y la abuela, quien le cuenta los misterios y fantasmas y fantasías de Aracataca y que en la novelística del Gabo se llama Macondo…
PLAZOLETA: Y es que García Márquez siempre decía que a los 8 años de edad, cuando su abuelo muriera, había tenido y conocido todas las experiencias de la vida que luego le servirían como sustancia básica de su narrativa… Gracias, a los abuelos, pues por aquí nació, sus padres, muy limitados, se lo entregaron a ellos, aun cuando, entonces, también era costumbre que el primer nieto se les entregaba…
PALMERAS: Todo, pues, se lo debió el Gabo a los abuelos… Aquella historia fantástica cuando le prohibían se metiera a dos cuartos de la casa porque ahí vivían dos tíos, una mujer y un hombre, ya fallecidos… El abuelo contando al niño las batallas donde participara y que todas perdiera… Aracataca, el pueblo donde hacia el mediodía por el calor tropical tan intenso y volcánico, todo mundo encerrado en casa y durmiendo debajo de los árboles en una hamaca y el pueblo quedaba solitario durante montón de horas… Vargas Llosa desmenuza cada episodio de García Márquez para conocer a la persona humana atrás del escritor famoso…