Expediente 2019
Luis Velázquez10 de junio de 2019
El gobierno de Veracruz bate su propio récord Guinness. El martes 4 de julio una mujer más fue asesinada con saña y barbarie.
Varias horas después de las cuatro horas reglamentarias en un motel, quizá en la madrugada, una camarera tocó en la habitación número 5 de un motel en Coatzacoalcos. Tardaron en contestar. Entonces, con la llave maestra abrió la puerta.
La música del estéreo y del televisor, a todo volumen.
En el jacuzzi, el cadáver de una chica. Desnuda. Con las rodillas flexionadas.
Ninguna credencial para su identificación. Desaparecidos sus documentos personales.
Ella había llegado con un taxista y de seguro, como hacen en los moteles, le tomaron las placas y el número económico.
Fue la mujer número 106 asesinada en el primer semestre de MORENA, de Cuitláhuac, de Hugo Gutiérrez (Seguridad Pública) y del Fiscal (Jorge Wínckler) y de las dos Alertas de Género en Veracruz.
Una más.
Si con Miguel Ángel Yunes Linares, la tierra jarocha ocupó primeros lugares nacionales en crímenes, ahora, con Cuitláhuac, primeros lugares nacionales en feminicidios, infanticidios y linchamientos.
Por ahí dicen que con MORENA llegó un cartel más. Le llaman “Del Siglo”. Pero, bueno, el titular de la SSP ya descubrió que es una simple pandilla de Xalapa y un invento de su amiguito incómodo, mejor dicho, el amiguito indeseable del reino de Cuitlalandia, el Fiscal.
Con todo, el legado político, social, de seguridad y de justicia de Cuitláhuac está claro. Él solito sigue batiendo su propio récord.
Casi todos los días, una mujer asesinada.
Hacia el día 185, ciento seis feminicidios.
“Sólo queda rezar” ha dicho el arzobispo Hipólito Reyes Larios.
“DEJAR HACER Y DEJAR PASAR”
El feminicidio está focalizado en Veracruz. Las ONG han publicitado los municipios polvorientos. Y si en la lógica de la violencia contra las mujeres los puntos rojos están ubicados, raro y extraño que ningún operativo policiaco exista para el combate racional, sin tregua y con firmeza.
Y más cuando hay dos Alertas de Género y que, todo indica, solo significan un consuelo ramplón y barato y que a nada lleva, pues de lo contrario, resultados habría.
Tanto la secretaría de Seguridad Pública como la Fiscalía, ineficientes. No pueden. Están rebasados. Se inculpan en pleito verdulero, espectáculo stripero que los desnuda y exhibe.
Incluso, nadie dudaría de que a partir de la indolencia mejor prefieran “dejar hacer y dejar pasar”… y ahí se la llevan.
Y es que, y por ejemplo, hasta niñas de doce años han sido asesinadas.
Ni se diga mujeres secuestradas asesinadas con todo y el pago familiar del rescate.
Y lo peor, la barbarie y la saña en su más alta dimensión cuando las familias se han declarado sin liquidez para pagar el rescate y las han asesinado.
Y al momento, ningún detenido, nada, vaya a saberse si con la carpeta de investigación en blanco.
Los ciudadanos están hartos del pleito de quinto patio entre el gobernador y los secretarios General de Gobierno y Seguridad Pública y los diputados de MORENA y el Fiscal.
Sin andarse con tantos rollos, de un manotazo, Miguel Ángel Yunes Linares destituyó y encarceló al ex Fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, y de un par de manotazos Javier Duarte destituyó a dos procuradores.
Mientras, Veracruz sigue chorreando sangre femenina.
Cuitlalandia, el peor mundo para las mujeres.
CUITLÁHUAC COME MONDONGO Y LO PUBLICITA
Las mujeres son exterminadas y el gobernador feliz comiendo mondongo con AMLO y publicitando la foto frívola. Comiendo ceviche en una fonda del mercado de Coatzacoalcos y publicitando su foto con todo y la estampita de “La Santa Muerte”, a la espalda, colgando de una pared. Comiendo “arroz a la tumbada” en el festival más grande del planeta, ajá.
Nunca al ex gobernador del estado de México, Eruviel Avila, premiado con una curul federal, interesó, ocupó ni preocupó que su entidad federativa alcanzara el primer lugar nacional en feminicidios en los seis años que estuviera al frente.
Niñas y chicas y mujeres asesinadas, sin la mayor trascendencia oficial.
Es más los señores funcionarios públicos se habrían acostumbrado a la muerte femenina bajo el chorizo duartiano de que “aquí no pasa nada”.
EL ARTE DE LAVARSE LAS MANOS
En la versión oficial siempre “se han lavado las manos” diciendo que se trata de violencia intrafamiliar, y como además, “la violencia es inevitable” (Agustín Acosta Lagunes), entonces, que el mundo, ajá, ruede.
Pero al mismo tiempo, habría de recordarse que la esencia del Estado de Derecho está en garantizar la seguridad en la vida y en los bienes de la población, más todavía, de la vida, porque los bienes materiales van y vienen, y además, nunca significan la felicidad humana, aun cuando, claro, la diva María Félix decía que “el dinero no es todo, pero ¡cómo ayuda!
Pero con todo y que pudiera, digamos, tratarse de “violencia intrafamiliar”, se trata de una política del Estado de Bienestar (razón de Estado) que ha de luchar en cada nuevo amanecer por una viva tranquila, en paz, cada mujer con su familia, sus hijos, su pareja, los amigos.
La vida en Veracruz, sin embargo, se ha vuelto sórdida y siniestra para las mujeres.
Ni siquiera en el duartazgo, tantos feminicidios como ahora.