•Medios, culpables: diputado
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Veracruz color de rosa
Trece meses y 19 nueve días después, Veracruz, el exparaíso, es un río de sangre y un valle de la muerte.
Los decapitados expuestos en el tendedero de los cofres de unos automóviles.
Los imparables y crecientes feminicidios.
El asesinato de niños.
Fosas clandestinas que siguen apareciendo.
Los nueve cuerpos desmembrados aparecidos en Xalapa y luego declarados, todos, “gente que no es de bien”, a tono con la misma filosofía social, política y criminalística de Javier Duarte cuando los treinta y seis cadáveres tirados en la avenida Ruiz Cortines, en Boca del Río.
Los carteles y cartelitos disputando la jugosa plaza Veracruz.
Etcétera.
Y sin embargo, el diputado local, elegido en MORENA por la vía de “La tómbola democrática”, casi casi como quien se saca la lotería y sin jugarla, transfigurado en un panista, Sebastián Reyes Arellano, se ha mostrado como un autista político y social.
Según él mientras “el ciudadano no se queja” de la violencia, los únicos “que se quejan son los medios de comunicación”.
“No he escuchado” -dice el “conscripto de la patria”- ningún lamento, ningún dolor, ningún sufrimiento de la población en el Veracruz sangriento”.
El, caray, que es licenciado UPAV graduado en Criminología y Criminalística y con una maestría en Criminalística e Investigación Forense.
Sin tales títulos de gran prestigio upaviano, Sherlock Holmes y su “querido doctor Watson” estremecieron al mundo.
DOS. “Más papista que el Papa”
Sebastián Reyes vive en otro mundo. El mismo mundo color de rosa en que durante seis años se encerrara Javier Duarte. Y más, Karime Macías, proclamando al continente que “merecía abundancia”.
Genial, digamos, la frase duartiana de que “Aquí no pasa nada” y que en aquel tiempo, caray, parte del gabinete de Enrique Peña Nieto repetía pitorreándose.
Muchos, demasiados beneficios estará recibiendo, y todo tipo, el ex diputado de MORENA, la gran revelación panista, para ocultar, desdeñar, minimizar, burlarse, de la realidad avasallante que todos los días, y como dicen el arzobispo Hipólito Reyes Larios y el obispo Eduardo Patiño Leal, se vive y padece de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Peor aún:
Coatzacoalcos ha sido declarado el municipio preferido de los malandros ocupando el primer lugar estatal en la terrible y espantosa pesadilla sombría, sórdida y siniestra padecida en el territorio jarocho.
Y no obstante, dice:
“Vivo en Coatzacoalcos. Veo una zona sur tranquila. Leo periódicos, pero los medios de comunicación magnifican este tipo de hechos como si fueran parte de lo que ocurre cuando la situación está inmersa” en su diario vivir y en su chamba.
Cada quien, claro, ve lo que cree mirar, mejor dicho, lo que, simple y llanamente, le conviene.
Entonces, ha de darse prisa, porque su curul terminará este año, y después, lo mejor del mundo para que la suerte lo acompañe, pues, además, terminado el periodo legislativo, se ignora si el panismo lo cobijará, siempre y cuando el PAN, PRD y MC ganaran la gubernatura.
La violencia discursiva del diputado es peor que la violencia real que flagela la vida cotidiana.
He Man ha de premiar a Sebastián Reyes.
Salió más papista que el Papa.
Nunca, ni siquiera las diputadas Mariana Dunyaska y Cinthya Lobato Calderón, panistas encendidas, ni tampoco Eva Cadena y Míriam Judith González Sheridan, han alcanzado la plenitud azul de Reyes Arelllano.
Incluso, hasta la diputada del PRD, Yazmín Copete, quien ya iniciara precampaña como candidata del “Frente por Veracruz” al Senado de la República, levantó la voz contra la inseguridad.
TRES. Guardia pretoriano del gobernador
La transfiguración camaleónica de Sebastián Reyes alcanza la plenitud del relato bíblico, casi casi como san Pablo, quien momentos antes del resplandor celestial camino a Damasco, tenía la encomienda de asesinar a los judíos y luego se convirtió en su gran protector.
Por ejemplo, antes, en MORENA, un crítico del gobernador Yunes.
Ahora, en el PAN, lo confiesa y connota de la siguiente manera:
“Sé que mi gobernador ha hecho un gran esfuerzo, porque parece ser que es el único que sale en los medios realizando tal o cual actividad para cumplir con la facultad constitucional que le dieron los ciudadanos, pero (caray, insólito)… no veo a nuestros secretarios haciendo algo” (Arantxa Arcos, lunes 15 de enero, 2017).
Nadie, pues, tan “tirado al piso”.
Nadie, “tirando su espada en prenda” por el jefe máximo de la revolución azul hecha gobierno.
Tal cual, y entre más incienso y halagos… más beneficio social estará recibiendo.
Y más mucho más, porque por un lado alaba al gobernador y por el otro truena contra los secretarios del gabinete legal y ampliado y a quienes, dice, por ningún lado mira.
Claro, y así como tampoco mira ni percibe ni huele ni olfatea en los medios el tsunami de la violencia, tampoco registra el trabajo de los secretarios.
Ellos… lo entenderán.
Yunes es el jefe del Poder Ejecutivo y ejerce el poder como en “el país de un solo hombre”.
Sebastián Reyes, el guardia pretoriano de Miguel Ángel Yunes Linares, de igual manera como Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota y Alberto Silva lo fueron de Javier Duarte en los mejores días en el palacio de gobierno de Xalapa.
CUATRO. “Yo no soy Dios”
Los políticos más sangrientos de la historia, Adolf Hitler y José Stalin, llegaron a sentirse dioses.
Tan dios se creyó Atila, por ejemplo, que nombró senador de la república a su caballo “Incitatus”.
Y José López Portillo nombró secretaria de Turismo a Rosa Luz Alegría.
Y Miguel de la Madrid impuso a la poetisa Griselda Álvarez como la primera gobernadora del país, en su tierra, Colima.
Y Karime Macías escribió cincuenta veces en su diario que “Merecía abundancia”.
Por fortuna, Sebastián Reyes es prudente y mesurado y luego de “quemar sus naves” por el gobernador dijo que no se creía ni sentía dios.
Pero, bueno, el solo hecho de evocarlo y convocarlo expresa que a punto cree estar que rozaría los talones de Dios.
Y es que al lado del jefe máximo, formando parte del séquito, estando cerca del Señor, se vive la gloria total.
Y desde luego, nunca será igual para Reyes Arellano tener como jefe a Amado Cruz Malpica que a Yunes Linares.