Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.-19 de octubre de 2017 ESCALERAS: 15 alcaldes electos, once diputados locales y dos federales han lanzado un SOS al pueblo de Veracruz. Están ocupados con el anuncio estatal de que la seguridad pública volverá a los Ayuntamientos. Quieren cuentas claras sobre los recursos, los equipos y la infraestructura “que el gobierno esté dispuesto a transferir a las nuevas autoridades”.
De seguro, las tendrán, como lo reclaman los ediles y legisladores de MORENA, el partido de “El peje”, cuyo candidato presidencial se mantiene en la preferencia número uno para entrar en Los Pinos el año entrante.
Antes, y como se recuerda, los alcaldes manejaban las corporaciones policiacas. Luego, el gobernador en turno decidió absorberlas. Ahora, vuelven a sus orígenes.
Se entiende (desplegado en La Jornada publicado el domingo 15 de octubre) que los funcionarios de MORENA están de acuerdo en el cambio. Pero con cuentas claras.
También, “con un tiempo razonable para construir nuevas fuerzas de seguridad y con un calendario realista para capacitar a una policía confiable”, y es ahí, la población lo sabe porque lo ha padecido, donde arde Troya.
Por ejemplo, soñar “con una policía confiable” está en chino.
Y más, si se recuerda que los policías, igual que los políticos, se ubican en el sótano de la confianza ciudadana.
Muchos, demasiados atropellos, como el sucedido el lunes 16, cuando un par de policías ministeriales detuvieron por error a una doctora en el puerto jarocho, y que luego, ni hablar, el góber azul y su Fiscal debieron solicitar disculpas, anunciando el despido del par de abusivos.
Además, sigue vigente la leyenda negra y real de que entre un policía y un ladrón más, mucho más miedo se le tiene al policía que al pillo, porque el primero detiene, roba, madrea y encarcela, y el segundo sólo roba.
En la Comisión de Derechos Humanos, los policías ocupan el primer lugar en denuncias.
La piel se enchina cuando se recuerda que en el duartazgo una parte de los policías, tanto estatales como municipales, se aliaron con los narcos y en conjunto desaparecieron personas, “delito de lesa humanidad”.
La seguridad es el gran tema pendiente en Veracruz como en el resto del país.
PASAMANOS: El desplegado publicado en La Jornada está firmado, entre otros, por los diputados Rocío Nahle y Cuitláhuac García.
Nahle, inminente candidata al Senado de la República el año entrante, y Cuitláhuac, candidato ultra contra súper amarrado a la gubernatura por segunda ocasión.
Así, el desplegado queda cien por ciento politizado de cara, y como ellos mismos dicen en el documento, a las 5 elecciones del año entrante, a saber, diputados locales y federales, senadores, presidente de la república y gobernador.
Y como todo lo que hoy se respira huele a política y a política electoral, una vez más el asunto de la seguridad de politiza en un tiempo difícil y ríspido en que, y por ejemplo, los malandros se han radicalizado, y de igual manera como sucede en otras entidades federativas, aquí también están ya azuzando a la población para bloquear carreteras y autopistas, como sucedió con la de Orizaba a Puebla, y en que prendieron fuego a dos patrullas, además del asalto a la comandancia de San Juan Evangelista.
En aquel tiempo de la policía en manos de los Ayuntamientos quedó claro que fueron filtradas por los narcos, como también sucedió en el duartazgo con las policías estatales.
Por eso, las policías dan miedo y su sola presencia basta para infundir “más miedo al miedo”.
Queda claro, además las corporaciones policiacas han dejado resultados negativos.
CASCAJO: El equipo político fuerte y pesado de MORENA en Veracruz (alcaldes electos y diputados locales y federales) habla de “una transferencia (de la policía) precipitada”.
Pero, bueno, desde su toma de posesión, el góber azul lo anunció y ahora está cumpliendo su promesa, aun cuando ellos mismos vislumbran que el cambio de mandos “equivale a colocar a la sociedad ante una situación vulnerable”.
De hecho y derecho, ya estamos. Hay regiones donde todos los días hay muertos y secuestrados y desaparecidos. Incluso, y lo peor, los carteles se han recrudecido asesinando a niños, la parte más vulnerable y frágil de una familia y de la sociedad.
Por eso, antes, mucho antes que una confrontación entre funcionarios de MORENA y de la yunicidad debiera concitarse el diálogo y los acuerdos para garantizar un mejor servicio a la población y alcanzar, como asientan en el desplegado, “un verdadero escenario de protección a los derechos”.
Es la vida humana la que está de por medio.
Y lo peor, con la fama pública desde años anteriores de que los policías están cooptados por los malandros.
Y si en vez de buscar puntos de encuentro las partes se ponen los guantes y trepan al ring, la población sale perdiendo.
La seguridad pública constituye el más grande pendiente. Nadie puede cantar victoria ni alardear que ya la libró. Y más, si se tiene la sensación de que los policías siguen filtrados por los malosos, incluso, metidos en el asunto electoral.
Es la hora de caminar juntos en un Veracruz donde seis de cada diez habitantes están atrapados y sin salida en la pobreza, la miseria y la jodidez, migrando a los campos de concentración del Valle de San Quintín y a Estados Unidos para garantizar la torta en la mesa de comer.