•SEDECO espera milagros
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Veracruz, en la recesión
Veracruz vive una recesión económica desde hace varios años.
Pero de todos los ex gobernadores, Javier Duarte, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México que juega a las cartas con el chino, Xueliang Huang, dejó a la entidad en franco desplome económico al finalizar su mandato.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que entre 2013 y 2016, “en la plenitud del pinche poder” duartiano, la economía cayó 0.8% promedio anual, desempeño que contrastó con 2.1% que creció el Producto Interno Bruto (PIB) a nivel nacional en el mismo lapso.
De entonces a la fecha, la economía local ha tenido un crecimiento del -1.0%, es decir, un claro decrecimiento.
Con todo y las cacayacas de que el panista Alejandro Zairick era la gran revelación económica para ocupar la secretaría de Desarrollo Económico.
Y de ñapa, con la asesoría de genios económicos de la Universidad Veracruzana, a quienes dispensara cargos públicos.
Y si bien la continuidad de la recesión económica en ningún momento significa una responsabilidad exclusiva del gobernador Yunes Linares, sin duda es completamente responsable de no haber revertido la tendencia negativa de la economía del estado.
Y más cuando el sostén de la economía local, que eran los ingresos derivados de la caña de azúcar, el café y los cítricos, han sido relevados por las remesas del millón de paisanos en Estados Unidos y de los changarros foxistas en la vía pública.
Además, claro, de que Veracruz ocupa el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales que subastan su cuerpo para garantizar el itacate y la torta en casa.
Más los ingresos, que nadie puede ocultar, de los cientos, miles quizá, de jarochos, trabajando con los carteles y cartelitos.
Más un millón de indígenas y dos millones de campesinos en la pobreza y la miseria, seis de cada 10 en la lista del Coneval.
Más equis número de comercios cerrados de norte a sur y de este a oeste.
Más un número incuantificable de casas en venta.
Más el desempleo y el subempleo creciente, y de ñapa, con salarios de hambre los definía Ricardo Flores Magón, salarios mezquinos les llamaba León Trotksy.
DOS. Emperó recesión en 2017
Otros indicadores demuestran que en el último año, 2017, además de que nunca fue revertida la recesión, las cosas empeoraron, de igual manera que empeoró la inseguridad, la incertidumbre y la zozobra en la vida cotidiana.
Los empleos formales acumulados apenas alcanzaron la cifra de 10,103, lejos de la meta oficial de crear 74,200 empleos.
La informalidad en el empleo prácticamente no cambia, alcanzando un porcentaje del 62.0%.
En tanto, la pobreza laboral en Veracruz creció de 52.7% a 56.6%, y en que se incluye el porcentaje de la población incapaz de adquirir la canasta básica con los ingresos laborales de su hogar.
Y en contraparte, la yunicidad alardeando que ya está entregando 600 mil despensas, cacareadas en páginas de publicidad, cuando, caray, se trata, primero, de una despensa mensual, y segundo, que contiene un litrito de aceite Patrona, una bolsita de sopa, un litrito de leche marca patita, una latita de atún marca patita y un kilito de frijol, y tercero, cuyo costo en el mercado es de unos 140 pesos.
En la pobreza y la miseria, las 600 mil familias jodidas agarren las despensas con fervor patrio, guadalupano y electoral.
TRES. Le vale a la yunicidad
Igual que el resto del país, Veracruz requiere inversiones para dinamizar su economía.
Y las inversiones nunca fluyen hacia una entidad federativa cuando se atraviesa la inseguridad… que en el caso de Veracruz ha llegado a niveles insoportables, como la masacre en el bar “La bartola” de Xalapa, la sede de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Por eso mismo, la inversión pública sigue bajando, y lo que se evidencia en la falta de obra de infraestructura por más y más anuncios en el año electoral que corre que desde el púlpito gubernamental están cacareando.
Y es que el gobernador Yunes ha estado más preocupado en posesionar a sus hijos en los procesos electorales que en crear las condiciones para que mejoren las condiciones económicas, sociales y culturales de la entidad.
Y su equipo en la secretaría de Desarrollo Económico sigue esperando el milagro de que la inversión privada llegue solita, en tanto a su equipo en la secretaría General de Gobierno, encargada del área, le vale la migración imparable de Veracruz a Estados Unidos y a los campos agrícolas del Valle de San Quintín y que en realidad son campos de concentración.