- Estilo personal de gobernar
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. El ejercicio del poder
El nuevo estilo de gobernar y ejercer el poder en Veracruz incluye las siguientes vivencias y referencias:
El góber azul llega en motocicleta a la fiesta de toros en Xico. Sólo faltó la compañía de Germán Yunes Linares, un fan de las motos y la velocidad.
El góber va a Los Tuxtlas y se mete al Golfo de México como buzo. Y, claro, publicita su foto en el fondo del mar.
En un día, pronuncia tres discursos (cuando la toma de posesión) y camina en medio de la gente… (Jesús en el mar Rojo) que lo aclama y vitorea. “Soy feliz” dice.
Toma café en “La parroquia”, y publicita la foto acompañado de sus tres hijos y una de sus nueras, la presidenta del DIF de Boca del Río.
Sus secretarios de Salud (Arturo Irán Suárez Villa) y Seguridad Pública (Jaime Téllez) son denostados en el carril político y mediático y él los apapacha y pasea en público y toma café con ellos.
Y la foto, claro, publicitada en los medios.
Luego, Téllez Marié dirá en el Congreso:
“El único que puede quitarme es el gobernador”.
La PGR envía a un trío de agentes del Ministerio Público imberbes y novatos para la primera audiencia penal de Javier Duarte en México luego de la extradición, y como los tres resbalaron, el góber azul se ofrece, de inmediato, como testigo de sus corruptelas y pillerías.
De paso, repite su discurso incendiario y terrorista que tiene sumidos y sumisos a los duartistas:
“Voy por Karime Macías”.
En Poza Rica, también reprodujo el mismo tono discurso:
“Voy por los narcos. Yo sí tengo pantalones”.
Y desde entonces, los narcos mataron a cuatro niños y sus padres en Coatzacoalcos, y a un niño y su maestra en Tantoyuca y secuestraron y desaparecieron y mataron y sepultaron en fosa clandestina a tres edecanes de Amatlán y Córdoba.
Dos. Blanca Nieves y los enanitos
Obsesionado con entrar a la historia, mejor dicho, a la gloria, el góber azul logra que la LXIV Legislatura apruebe por mayoría la autonomía presupuestaria de la Universidad Veracruzana, con todo y que el gobierno del estado le siga debiendo los 2,600 millones de pesos que le escamoteara Javier Duarte.
Así, el góber azul se liga una vez más con el ex góber priista, Patricio Chirinos Calero, su antiguo jefe, y quien otorgara la autonomía política a la máxima casa de estudios.
Casi ocho meses después existe la certeza de que la fábula de Blanca Nieves y los siete enanos se está reproduciendo.
Y es que si Blanca Nieves era la única que brillaba, de igual manera el góber azul.
Ya lo dijo el diputado Sergio Rodríguez Cortés, en Veracruz hay una monarquía autoritaria cien por ciento.
Bastaría recordar que la mayoría de los secretarios del gabinete estatal oscilan en la oscuridad y el limbo.
Ningún ciudadano conoce su trabajo, pues, además, tampoco pueden ejercer los recursos asignados en el papel.
El góber azul… como una luciérnaga. Sólo él ha de brillar. Los sapos, llenos de envidia.
En el fondo, es igual que José Stalin, quien durante muchos años, cuando Lenin y León Trostky brillaban, él fue acumulando el rencor, el odio y la sed de venganza en contra de ellos.
Y cuando llegara al poder, zas, que se venga.
Por eso, la obsesiva obsesión de encarcelar al mayor número de duartistas, aun cuando “la joya de su corona” se llama Fidel Herrera Beltrán, a quien odia desde hace más de dos décadas.
Y su espíritu sólo encontrará la paz y alcanzará la felicidad absoluta cuando encarcele a Fidel.
Por eso, los cientos, miles quizá de asuntos pendientes en la Fiscalía, seguirán en el archivo muerto.
La Fiscalía sólo vive para vengarse de los políticos, anexos y conexos, que el góber azul odia.
Tres. Político seductor
El góber es un hombre avasallante. Seductor, dicen quienes lo conocen. Tanto que, por ejemplo, en el Salinato sedujo al presidente Carlos Salinas cuando en un cumpleaños le regaló un uniforme deportivo para hacer ejercicio con la banderita de México grabada en la playera.
Y tanto le encantó que era el uniforme favorito del “orejón”.
Absorbente, declarado precandidato presidencial al mismo nivel, digamos, que Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Ricardo Anaya, parte de su equipo actúa como si fueran unos divos.
Déspotas en el trato con los demás (que no lo es el góber azul), inalcanzables, soberbios, echados para adelante, perdona-vidas.
Incluso, humillando a los otros.
Entre ellos, los más simbólicos, Jaime Téllez Marié (Seguridad Pública), Enrique Pérez Rodríguez (Educación) y Guillermo Moreno Chazzarini (SEFIPLAN).
En su tiempo priista (26 años), jefe del vocero Miguel Melchor López Azuara, repartió el presupuesto para los medios de comunicación con parcialidad, a tono con la reciprocidad que cada uno tenía y profesaba con el Chirinismo.
Ahora, panista (desde hace unos 13, 14 años), jefe máximo de la revolución azul hecha gobierno (el mesías en que suele convertirse cada gobernador), privilegia en términos generales al Internet con el Periscope y el Facebook Live, para promover su imagen.
Y más, como una especie de venganza y desquite, pues ganó la gubernatura con la mayoría de los medios en contra, toda vez que Javier Duarte llegó a gastar ocho mil millones de pesos en la prensa escrita, hablada y digital.
Desde hace ocho meses se encumbró con el más alto poder político en una entidad federativa.
Y los seis de cada diez habitantes de Veracruz declarados pobres, miserables y jodidos por el CONEVAL, le valen.
A él sólo le interesa “el orgullo de mi nepotismo”.
Y los secretarios del gabinete legal y los directores del gabinete ampliado están, simple y sencillamente, a su servicio.
Igual que en el tiempo de Javier Duarte y de Fidel Herrera y de Miguel Alemán y de Patricio Chirinos.
La cultura política en su máxima expresión. “El jefe máximo” llamaban a Plutarco Elías Calles, apodado “El turco”.