Luis Velázquez Escenarios
21 de marzo de 2019
UNO. Mirada de un ex Procurador de la Nación
Subsecretario y secretario General de Gobierno con Agustín Acosta Lagunes, procurador de Justicia del Distrito Federal y General de la República con Carlos Salinas, Embajador de México en Francia, Vocal Ejecutivo de Seguridad Nacional, Ignacio Rey Morales Lechuga, escribió en su twitter lo siguiente:
“Veracruz padece la violencia más destructiva y asesina de todos los tiempos. La delincuencia persigue hasta a la policía, Urge intervención de la Federación. Parece un estado de guerra”.
Nadie más autorizado, con tanta experiencia política, social, jurídica y penal, con igual dosis de autoridad moral, como Morales Lechuga para hablar sobre una realidad avasallante en la tierra jarocha, donde naciera en 1947 en Poza Rica de Hidalgo.
A: Violencia destructiva.
B: La violencia más asesina de todos los tiempos.
C: La delincuencia persiguiendo a la policía.
D: Veracruz “parece un estado de guerra”.
Sólo falta que los muertos resuciten en el día del Juicio Final.
DOS. “Nada pasa. Todo está bien. Todo en orden”
Cierto, los carteles y cartelitos persiguen a los policías y “nada pasa” porque “todo está bien” según la frase célebre del gobernador en Poza Rica. “En Veracruz todo en orden” dice Alfonso Durazo.
Cierto, los carteles emboscan a policías y queman trailers en las carreteras y rafaguean comandancias policiacas y van a la yugular de la Fuerza Civil, y “nada pasa” porque “todo está bien”.
Cierto, los carteles secuestran, desaparecen, asesinan y decapitan el mismo día a una mujer (en Isla) y a un hombre (en Cosoleacaque, el martes 12 de marzo, 2019), y “nada pasa”, porque “todo está en orden”.
Cierto, los carteles colocan la cabeza decapitada sobre la tapa de la cajuela de un automóvil en Cosoleacaque para que la mitad del mundo y la otra mitad la vea y el horror se multiplique como los peces y los panes, y “nada pasa”, porque “todo está bien” y porque, claro, pronto, pronto, pronto, “vendrán tiempos bonitos, muy bonitos, lo bonito entre lo bonito”.
Más que Veracruz parezca “un estado de guerra” como dice el ex Procurador General de Justicia de la Nación, constituye, significa, es “un estado de guerra.
Un Estado de Guerra donde hacia el día 108 del sexenio de la izquierda iban 497 asesinatos, entre ellos, 52 mujeres asesinadas, más cien secuestros, más 7 políticos y líderes sindicales ejecutados.
TRES. “La violencia más destructiva”
El Veracruz retratado en tan demoledoras palabras por el ex Procurador de Justicia de la Ciudad de México y del país (tiempo cuando arriesgara la vida para detener al homicida intelectual del columnista Manuel Buendía) lo significa en siete palabras:
“La delincuencia persigue hasta a la policía”.
Bien lo precisó: “La violencia más destructiva de todos los tiempos”.
Ni siquiera, vaya, cuando en el Chirinismo él mismo fue encañonado con su esposa en un viaje nocturno en la carretera a Poza Rica.
Palabras mayores las de un político con autoridad moral que caminó por el lodazal público y nunca se enlodó ni manchó.