Luis Velázquez
EMBARCADERO: En Coatzacoalcos, cuatro niños (de 3, 4, 5 y 6 años de edad) y sus padres (38 años) fueron masacrados en una colonia popular… Antes, otro chico, de 16 años, José Eduardo, fue asesinado en Acayucan cuando quiso evitar el secuestro de su padre… Antes, otro niño, con su maestra, fue ejecutado en Tantoyuca… Ahora sí, “la muerte tiene más permiso que nunca” en Veracruz, como reza el título de una novela de Edmundo Valadés… Ahora sí, el menosprecio y el desprecio por el relato bíblico con la frase de Jesús, aquella de “dejad que los niños se acerquen a mí”… Ahora sí, el peor de los mundos en el paraíso terrenal que fue la tierra jarocha, mudada, y por desgracia, en un río de sangre y en el valle de la muerte… Peor tantito: el padre de los cuatro niños fue señalado (¿tan pronto?) como un taxista ligado a los malandros (¡vaya, que eficacia y eficiencia!), cuando el señor había sido marino y embarcado recorrido el mundo… Y luego, como todos los marinos, echó piso en tierra firme y regresado al pueblo y trabajado como mecánico y taxista, y luego, su negocito de lavado de automóviles… Incluso, luchón por su familia y para llevar el itacate a casa le apodaban “El Mil Usos”, igual que el título de la película de Héctor Suárez… En siete meses, la historia sórdida y siniestra se ha recrudecido, porque si en el sexenio anterior pocos, en verdad, fueron los niños asesinados, por ejemplo, dos en el sur de Veracruz en el último año del duartazgo, ahora van cinco, seis en casi siete meses… Y, claro, en la guerra en que el gobierno está metido asesinan a los niños como una forma (¿se le podría llamar estrategia de la guerra fría?) para sembrar el pánico, la zozobra, la incertidumbre, el miedo, el terror y el horror en la población…
ROMPEOLAS: En la guerra de Vietnam, que terminara con la renuncia de Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos, también recurrían al mismo operativo, pero en vez de proceder contra los niños, colgaban a los hombres de los árboles en el camino vecinal para asustar a la población… La misma táctica, estrategia, ¡vaya el lector a saber!, usaban los realistas en la guerra de Independencia en contra de sus líderes, Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, aquel de quien Napoleón Bonaparte dijera que con otro Morelos conquistaría el mundo… Entonces, los cadáveres también eran colgados de los árboles para intimidar a los campesinos y evitar que se fueran con el par de sacerdotes… Ahora, con seis niños asesinados, los malandros están recurriendo al segmento poblacional más frágil de la vida… Ya van seis… El bazukazo del sábado 24 ha sido terrorífico, casi casi como el Estado de Terror que el ISIS, el llamado Estado Islámico, tiene en el otro extremo del mundo que sigue enviando sus kamikazes (los hombres y mujeres bombas) a centros sociales para explotar en medio de la gente, sin importar la presencia de niños, mujeres y ancianos… Los expertos en tácticas de terror y carteles y cartelitos sabrán, pero como una simple y sencilla hipótesis, algo grave está sucediendo para que llegáramos en Veracruz a la barbarie… Está claro que de igual manera como en el resto de las entidades federativas, la rebatinga es por el jugoso y productivo negocio de la droga, el secuestro, la desaparición, el derecho de piso, la prostitución y los negocios ilícitos, entre otras cositas… Incluso, nadie puede descartar que como en el pasado inmediato las corporaciones policiacas, y sus jefes, seguirían filtrados por los barones de la droga… Pero…
ASTILLEROS: Pero llegar al crimen de niños (suponiendo, sin conceder, que el padre estuviera involucrado en cosas malas, como fue la versión duartista en el bienio azul) significa que se ha llegado al tiempo aquel (que se creía superado) de que “el hombre es el lobo del hombre”… Ya nadie, entonces, está a salvo… Los cuatro niños asesinados en Coatzacoalcos miraban la tele con sus padres… Y de pronto, zas, su día del Juicio Final: los malandros llegaron y los acribillaron, sin piedad, inclementes, cumpliendo la orden superior, ellos, padres de familia, sin duda, quizá con hijos menores… Estamos, pues, en el peor de los mundos, el más siniestro, el más sórdido… Lo peor: indefensos todos… Y si a Joaquín “El chapo” Guzmán, aquel que escapara dos veces de la cárcel, la primera en Jalisco cuando Vicente Fox, estaba blindado por cuatrocientos hombres en su operativo de seguridad, y a Jaime “El mayo” Zambada, el sucesor, lo cuidan otros cuatrocientos hombres, nadie, absolutamente nadie, cuida a la mayoría de los ocho millones de habitantes de Veracruz… Más que, digamos, el Estado… El Estado de Derecho que tiene enfrente a un Estado Delincuencial que ante la corrupción desmedida por el billete fácil de las elites políticas pactó con el narcotráfico y el país, igual que Veracruz, es el infierno, con la versión terrorífica de los nuevos Herodes del siglo XXI… Mejor dicho, peor que el infierno, porque en el otro lado del charco las almas condenadas saben que están condenadas y punto, y aquí todos estamos conscientes de que la vida pende de alfileres… Los políticos suelen “cortarse las venas” en nombre de la niñez, pero en Veracruz están matando niños…