- Se viven “malas etapas”
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: De nuevo Pepe Yunes Zorrilla insiste en que se viven en Veracruz “malas etapas”. En su discurso en Acayucan, nunca removió los escombros políticos del duartazgo, pero, claro, se refirió al político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México. Y tampoco citó al gobierno azul, pero dijo que “vamos a superar” la adversidad que hoy se enfrenta, porque, vaticinó, “nos esperan mejores tiempos”.
Todos los tiempos, sin embargo, han sido terribles para la población. 6 de cada 10 habitantes de Veracruz, por ejemplo, en la miseria y la pobreza según datos del CONEVAL, luego de 86 años de hegemonía priista.
Oferta así el senador la utopía de los grandes visionarios del mundo.
Nunca Carlos Marx ni Federico Engels lograron la dictadura del proletariado que soñaban para tumbar la dictadura de la burguesía en Rusia.
Jamás Tomás Moro logró la felicidad plena con su Comuna soñada.
Ni menos, Fidel Castro Ruz y Ernesto “El ché” Guevara con la creación del nuevo hombre en Cuba, primero, y en América Latina después.
Ni tampoco Emiliano Zapata con su legítimo sueño por la dignidad campesina en Morelos.
También fracasó, por ejemplo, en el puerto jarocho, Herón Proal, el gran líder del movimiento inquilinario a principios del siglo pasado cuando soñaba que con la fuerza social de las trabajadoras sexuales descarrilaría a los latifundistas urbanos con sus patios de vecindad y los inquilinos se volverían propietarios de las viviendas.
Pero, bueno, dice el historiador, cada generación tiene su tiempo, y ahora el senador sueña “con mejores tiempos” para un Veracruz que desde hace ratito se ha vuelto migrante a los campos agrícolas del Valle de San Quintín y a Estados Unidos y que con trabajo denodado ha merecido el primer lugar en la producción y exportación de cortesanas al resto del país según documentara la investigadora Patricia Ponce.
Así, la filosofía política y social de Pepe Yunes gira alrededor de tres ejes:
Uno. La seguridad, el talón de Aquiles de los políticos desde sexenios anteriores, quizá desde Patricio Chirinos Calero cuando el capo José Albino Quintero Meraz, pues Fernando Gutiérrez Barrios acabó con “La Sonora Matancera”.
Dos. “Mejores soluciones económicas”, pues el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre constituyen el triángulo de Las Bermudas.
Y tres. Cabildear recursos federales para enaltecer la vida colectiva.
PASAMANOS: En el discurso de Acayucan, donde se reunió con ganaderos, pescadores y productores de hule, el senador (que iniciara su carrera política con con el entonces priista, Miguel Ángel Yunes Linares secretario General de Gobierno) habló del grave pendiente, como es la seguridad.
“Es un tema, dijo, que no debe politizarse”.
Nadie, sin embargo, lo estaría, a menos que se refiera a la más extensa, sórdida, siniestra y sombría noche del duartazgo, cuando de acuerdo con el Solecito y los Colectivos se dieron muchos casos de desaparición forzada y que significa, ante el derecho internacional, la fusión de policías, políticos y malandros para sembrar el terror en un pueblo, secuestrando y desapareciendo y asesinado y sepultando en fosas clandestinas a las víctimas.
Y más cuando la inseguridad padecida entonces fue multiplicada con la vorágine de impunidad.
Y cuando el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, está preso en el penal de Pacho Viejo acusado de enriquecimiento ilícito, entre otros delitos.
Y cuando el Fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, elegido para nueve años por la LXIII Legislatura, “tiró los guantes” para, digamos, ganar la misma impunidad que él prohijara.
Y cuando las ONG fueron desoídas sin hechos concretos y específicos ante su legítimo reclamo de justicia.
Allí sí fue alcanzada la expresión más terrible de politización de la seguridad.
Nadie defiende al bienio azul, porque ellos solos pueden.
Pero los agravios de entonces merecen un proceso penal, como dice el clásico, “hasta las últimas consecuencias”, sin que, y de paso, a nadie apiade que Bermúdez está orinando sangre y está enfermo del riñón y de la columna vertebral y que está refundido en el penal de Pacho Viejo, sin que el solecito de cada mañana caliente su cuerpo.
Y, bueno, el politólogo Carlos Ronzón Verónica lo ha precisado:
Si de aquí al año entrante, la inseguridad sigue como el jinete del Apocalipsis, entonces, la población decidirá en las urnas el nuevo camino institucional tanto con los diputados locales y senadores y gobernador que serán elegidos, además, claro, de los diputados federales y el presidente de la república.
CASCAJO: El senador proclama que han de buscarse “mejores soluciones económicas” en vez, digamos, “de discursos baratos e irresponsables para buscar culpables, como antes lo hacían, con tal de canalizar ese enojo a través de votos y apoyo popular”.
Cierto, la población está harta de tanto populismo mesiánico y que ha llevado al país, por ejemplo, a los primeros lugares mundiales de corrupción política, multiplicada con la impunidad.
Tan es así que ahora mismo hay diecisiete ex gobernadores en la picota, unos presos (como Javier Duarte, Tomás Yarrington, Roberto Borge, Andrés Granier, Guillermo Padrés y Mario Villanueva), y otros prófugos de la justicia como César Duarte, ex de Chihuahua, y otros más indiciados.
Y es que la población necesita hechos con la creación de empleos con el único objetivo de llevar el itacate a casa y garantizar que la torta nunca falte.
Los discursos baratos (y con frecuencia, las acciones oficiales) sólo llevan a la indignación social, como por ejemplo, el hecho de que parte del presupuesto de la LXIV Legislatura de Veracruz se gaste en “borracheras, drogas, mujeres y orgías” y gimnasios”, como se lo han documentado al coordinador de la bancada panista, He Man Sergio Hernández Hernández, tan manchado que está dejando al bienio azul.
Es la hora, entonces, de que más allá de las pasiones desaforadas, las elites políticas trabajen todas juntas y/o atrás del mismo fin social como es enaltecer y dignificar la calidad de vida de una población pobre, jodida y miserable.
¡Basta ya de que a los indígenas, campesinos y obreros los sigan utilizando en cada campaña electoral!