Luis Velázquez/ Escenarios
29 de junio de 2019
UNO. ¡Vaya genialidad publicitaria!
Claro, claro, claro, “Veracruz se antoja”, ¡vaya genialidad publicitaria dice el gobierno de Veracruz para atraer turismo del mundo a la tierra jarocha.
Se tostaron las neuronas. Premio al ingenio. El talento. La sensibilidad. La inteligencia.
Y más, porque la frasecita tiene un sentido polisémico. Y al mismo tiempo, ambiguo, que se presta a la interpretación cien por ciento subjetiva. En vez de trazar una línea, marcar un rumbo y un destino, se expone al manoseo. Incluso, al pitorreo. Y más, cuando se vive de cara al Golfo de México, pues el medio ambiente influye en el tinaco mental.
Por ejemplo:
“Veracruz se antoja”… para que los carteles y cartelitos sigan mirando a la tierra jarocha como la tierra fértil, el paraíso terrenal, la tierra prometida.
“Se antoja Veracruz” para las fosas clandestinas. Y para la inseguridad y la impunidad, las hermanitas gemelas del mal.
“Se antoja” para el tráfico de drogas de sur a norte del país, pero también para el consumo, venta libre, por ejemplo, en antros y prostíbulos.
“Veracruz se antoja” para asaltar feligreses en una iglesia y comensales en una simple taquería y amantes furtivos y pasionales en un motel.
Pero también, para matar a jóvenes en las puertas de sus casas, y para secuestrar, violar, matar y decapitar a mujeres, y que por eso mismo en Coatzacoalcos le bajaron de pronto, así nomás, a su resistencia pacífica, ¡vaya apretón de tuercas!
DOS. “Soy sabadaba, pum, pum, pum”
“Se antoja Veracruz” por el aire democrático que se cree respirar.
Por ejemplo, viajar en ADO de la Ciudad de México a Xalapa a tono con la austeridad republicana.
Y en forma paralela, para comer mondongo en Tierra Blanca, ceviche en el mercado popular de Coatzacoalcos y arroz a la tumbada en Alvarado.
Y, claro, para bailar salsa.
Y si antes se decía que “en el mar la vida es más sabrosa” ahora, el himno de Veracruz es gritonear y festinar “Soy sabadada, pum, pum, pum”.
Y es que en pocas regiones del mundo se gobierna con tal estado de ánimo.
“Veracruz se antoja” para seguir migrando a Estados Unidos y a los campos agrícolas del Valle de San Quintín (diez mil jarochos por ahora) en la frontera norte.
“Se antoja Veracruz” para seguir asesinando mujeres porque “aquí, caray, no pasa nada”, como dijera el erudito inmortal, preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
“Veracruz, entonces, también se antoja” para el llamado nepotismo, el cuatismo y el amiguismo y el tráfico de influencias y el conflicto de intereses y para asignar obra y servicios públicos por dedazo puro.
TRES. El viaje esotérico
“Veracruz se antoja”… para el saqueo del erario y para sudar el dinero público en el mundo bursátil, pues, además, si los 7 diputados locales de MORENA lo evidencian en automático la Contralora entra al quite y “lanza su espada en prenda”.
Y es que así como es el góber también su secretaria de Turismo.
Por ejemplo, Cuitláhuac nunca estuvo hecho para ser gobernador y por eso vive cada día en un viaje esotérico, sin saber el paso siguiente, y sin brújula, en el día con día, la improvisación,
Simple y llanamente, le cuesta trabajo transmitir la sensación de que es jefe del Poder Ejecutivo y actúa con su edad emocional y mental.
Por eso, el “Veracruz se antoja” y que ha llevado a los empresarios turísticos a rascar posibilidades por cuenta propia.