Expediente 2019
Luis Velázquez
12 de junio de
2019
El fin de semana, las mujeres de Veracruz que
leen periódicos y se escriben con las amigas por whatsapp quedaron atónitas.
Sorprendidas. En dos días, 6 mujeres asesinadas en la era Cuitláhuac.
En los municipios de San Andrés Tenejapan,
Acayucan, Tehuipango, Totutla, Alvarado y Misantla, “la muerte tuvo
permiso” para acabar con la vida de un sexteto de mujeres.
Y aun cuando suman 114 feminicidios, el fin de
semana fue pavoroso por tantas asesinadas en menos de 48 horas.
Desde luego, toda vida humana es invaluable.
El hombre que en Tenejapan mató a su madre y a
su tío a punta de machetazos. La chica asesinada en Acayucan cuando trabajaba
en una fiesta. El novio celoso, iracundo, que mató a su novia, a la suegra y a
la cuñada en Misantla.
Pero de todos los casos, uno de los más
impresionantes sería, digamos, el de Rosa Temoxtle Tehuintle, de 58 años de
edad, asesinada a cuchilladas, de manera lenta pero intensa, una por una, en
Tehuipango, el municipio enclavado en la sierra de Zongolica y en donde en el
sexenio de Rafael Hernández Ochoa, unos sicarios trepados a caballo entraron al
pueblo y transitaron a galope tendido por la calle principal disparando a
diestra y siniestra y dejando un montón de cadáveres.
Rosa Temoxtle, con su esposo, estuvieron
vendiendo comidita y bebidas embriagantes la noche del viernes 7 de junio.
En el changarrito estaban unos hombres.
Uno de ellos, haciendo comentarios irónicos y
luego se marchó.
Y cuando la pareja cerró el negocio y marchaba a
casa fueron interceptados por el tipo, Ramos Alahua Caligua, y quien asestó
unas cuchilladas a la mujer.
Huyó al monte.
Y aun cuando la tarde pardeaba, los vecinos lo
siguieron…
Y lo atraparon…
Y lo golpearon…
Y lo entregaron a las autoridades, antes, mucho
antes de aplicar la misma dosis que en Soledad Atzompa, donde los vecinos
detuvieron a unos malandros, los lincharon y quemaron vivos porque intentaban
secuestrar a 6 profesores.
PERDIDA LA ESPERANZA EN EL GOBIERNO DE VERACRUZ
Una vez más, en la era Cuitláhuac, los vecinos
haciendo justicia por mano propia.
Han perdido la fe y la esperanza en el gobierno
de Veracruz, mejor dicho, en la secretaría de Seguridad Pública.
Y más allá de que parte de los medios sigan
inflando al gobernador como si fuera un globo, mejor dicho, un súper hombre y
hasta logren que la población electoral sueñe con el paraíso terrenal
prometido…
Y más allá de que el único consuelo, ajá, que
resta es ponerse a rezar y rezar y rezar como dice el arzobispo Hipólito Reyes
Larios…
Y más allá de que el góber asegure, ajá, que en
dos años pacificará Veracruz…
Y más, mucho más allá de que la Guardia Nacional
fue glorificada a su llegada a la tierra jarocha…, para los vecinos de
Tehuipango, igual que los de Soledad Atzompa y los del Valle de Uxpanapa y de
Las Choapas y de la ciudad de Veracruz, la única posibilidad de restablecer la
tranquilidad y la paz perdida es hacerse justicia por mano propia.
Y en algunos casos, ni modo, aplicar la ley de
Talión, “ojo por ojo y diente por diente y manos por manos y piernas por
piernas”.
Es el único camino que Seguridad Pública y la
Fiscalía han dejado a la población.
Fue clara la advertencia de los vecinos de Mariano
Escobedo al presidente municipal:
“Ladrón que agarremos… lo
linchamos”.
CADA VEZ,
MÁS JUSTICIA POR MANO PROPIA
A primera vista, ninguna trascendencia tendría o
tiene para la autoridad la sublevación social.
Pero, cuidado, la justicia por mano propia
empezó en Atzompa, pasó al Valle de Uxpanapa, brincó a la ciudad de Veracruz,
apareció en Las Choapas, se manifestó en Mariano Escobedo y alcanzó expresión
singular en Tehuipango.
Es decir, que poco a poco, pian pianito, como la
humedad, los ácaros, los conejos y los comejenes, se han extendido.
Y entre más violencia desbordada y mayor
impunidad se sienta y padezca, más vecinos se organizarán en otros pueblos en
legítima defensa.
Un diputado local, de la izquierda, PT, Iván Érik
Aguilar López, ya tomó decisión superior y tramita permiso para andar armado,
seguro, consciente, de que si lo quieren asaltar, secuestrar o asesinar, quizá
se exponga, pero antes, se echará a uno o más, como aquel ganadero de Jáltipan
que tomó la escopeta con la que mata conejos y esperó a los malandros que
pensaban secuestrar a su familia en el rancho y mató a tres.
Siempre, en todo momento, en legítima defensa, y
ni modo que la Fiscalía se emponzoñara con el pretexto insulso de hacerse
justicia por mano propia.
En todo caso, millón de veces defender a la
familia, con todo y el riesgo de ser encarcelado que los sicarios la maten.
CARTELES,
DUEÑOS DE VERACRUZ
La vida se ha vuelto sórdida y siniestra en
Veracruz.
Ahora sí, ni siquiera, vaya, el chamán
consultando la bolita de cristal vislumbraría el futuro a corto, mediano y
largo plazo que espera a los 8 millones de habitantes.
Los carteles, dueños de la plaza.
La secretaría de Seguridad Pública y la
Fiscalía, rebasadas.
La Guardia Nacional, reactiva a la agenda
pública establecida por los malandros.
El gobierno federal, soñando con que los malosos
se portarán bien.
Y el Estado de Veracruz, chorreando sangre.
¡Ay, zandunga, mamá por Dios, si Fernando
Gutiérrez Barrios “no hubiera muerto”!