- Poderío de los carteles
- Cámaras de videovigilancia
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: El 24 de junio, tres policías federales, entre ellos, el jefe Juan Camilo Castagne, fueron asesinados en un restaurante de Cardel.
Los asesinos los rafaguearon con “alevosía, ventaja y premeditación”, como si los estuvieran esperando.
El góber azul andaba en gira en Córdoba y desde allí se movilizó y llegó pronto. Incluso, llegó antes que el secretario de Seguridad Pública y el Fiscal.
De inmediato, y sin más, Miguel Ángel Yunes Linares dispuso que las cámaras de videovigilancia establecidas en un negocio anexo fueran embargadas.
Después, su equipo técnico especializado en la materia se aplicó con lupa con tanta buena suerte que ubicaron las placas de las unidades móviles de los sicarios.
Pero de igual manera, los rostros y los cuerpos de cada uno de ellos.
Luego, se fueron al archivo negro y los localizaron.
Y enseguida a la búsqueda.
Horas después, los presuntos asesinos estaban detenidos.
Fue entonces cuando el góber azul aceleró su decisión de instalar en Veracruz cámaras de videovigilancia como parte de la estrategia para disminuir el tsunami de violencia que por desgracia flagela aún el territorio jarocho.
Es el equipo técnico más moderno del mundo diría después un boletín de don Elías Assad Danini.
PASAMANOS: Ni el presidente Enrique Peña Nieto ni tampoco ningún gobernador del país ha podido con la delincuencia organizada.
Pero ni modo de cruzarse de brazos.
En todo caso, allá ellos que se sigan matando entre sí con decapitados y cercenados y tirados en las calles, en el monte y en los pozos artesianos de agua dados de baja.
Por lo pronto, “el gobierno del cambio” en Veracruz anunció una inversión de 700 millones de pesos para mejorar y fortalecer la seguridad pública, como en el caso de las cámaras de videovigilancia en los municipios más azotados por los malandros.
Y aun cuando la yunicidad anda con una mano adelante y otra atrás dado el saqueo cometido en el sexenio anterior y que ya tiene a once duartistas presos en el penal de Pacho Viejo y a cinco más como prófugos de la justicia, han recuperado dinerito robado por todos ellos.
Y con tales recursos una parte de la inversión para la seguridad y otra para la obra pública y que en realidad se centra y concentra para terminar la infraestructura dejada a medias por Duarte y compañía.
CASCAJO: Por ejemplo, el diputado federal, Édgar Spinoso, devolvió un avión y un helicóptero que habría comprado con recursos oficiales, y así, y por lo pronto, lo han dejado en paz mientras, digamos, la Fiscalía integra el expediente correspondiente para proceder.
Un empresario gasolinero de la Ciudad de México, con quien Duarte se asoció, también devolvió 500 millones de pesos a cambio de que ninguna denuncia penal habría en contra de él.
Los ranchos de Duarte y Karime Macías, “El faunito” de Fortín y “Las mesas” del Valle de Bravo donde Karime, la gran amazona de Coatzacoalcos, tenía dos caballitos con alberca y hospital, también fueron recuperados por la yunicidad y están en venta.
Y si la inseguridad sigue como una pesadilla, casi casi viaje diario al infierno, por allí están enfocando el mayor esfuerzo, conscientes además de que si la incertidumbre y la zozobra continúa el año entrante bien podrían arriesgar el triunfo en las urnas de los candidatos del PAN y PRD a las diputaciones locales y federales, senadurías, gubernatura y presidencia de la república.
La videovigilancia en marcha, que permite grabar a la perfección, como si se viera un retrato, las caras de los sicarios levanta expectativas para disminuir hasta donde sea posible la violencia histórica que flagela a Veracruz desde el Chirinato cuando el capo José Albino Quintero Meraz, liberado ya del penal de Almoloya, encontrara aquí el paraíso terrenal.
RODAPIÉ: La fama pública registra el poderío de los carteles, tanto que en el sexenio anterior filtraron parte de las corporaciones policiacas a través de los delegados de Seguridad Pública aliados con los malandros para la desaparición forzada.
En el pasillo se habla, además de su capacidad seductora de policías y quizá de políticos a partir del billete fácil, de auténticos ejércitos de malandros y que puede calibrarse si se recuerda que Joaquín “El chapo” Guzmán tenía una escolta de cuatrocientos hombres.
El simple hecho de que “El chapo” se fugara de dos penales de alta seguridad confirma la tesis de funcionarios corruptos.
También se dice que tienen un equipo bélico de primer nivel, entre otras cositas, hasta para tumbar aviones y helicópteros en pleno vuelo.
Y como Veracruz es una plaza jugosa dada la autopista de sur a norte del país y de los tres puertos marítimos y de la multitud de pistas clandestinas para aterrizar con la droga, entonces, el paraíso que éramos (con todo y el yacimiento petrolero recién descubierto en Cosamaloapan) ha mudado en el peor infierno.
Las cámaras de videovigilancia han de significar una lucecita en el largo y extenso túnel que todavía hoy, y por desgracia, se vive y padece.