➡ ¿Y los policías? La alcaldesa encontró una comandancia sin policías, vacía y una patrulla siniestrada, desmantelada
➡Estrecha coordinación con la Policía Estatal para reforzar la seguridad pública del Pueblo Mazateco
Por: Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
Cuenca del Papaloapan.- Al asumir la seguridad pública de Jalapa de Díaz, la alcaldesa Fernanda Barbosa Sosa encontró una comandancia vacía, es decir, sin elementos, en total estado de abandono y con una patrulla en su interior siniestrada, prácticamente desmantelada.
Aunque había la promesa de que se entregaría –de manera oficial– las instalaciones de la comandancia municipal, esto no se llevó a cabo en virtud de que ningún funcionario del gobierno de Jesús García Velázquez se presentó.
Por lo tanto, Fernanda Barbosa tuvo que tomar el control de la comandancia como lo marca la Ley, llevándose la sorpresa de que las instalaciones se encontraban vacías, sin elementos y con una sola patrulla de la Policía Municipal, misma que se halló siniestrada, en estado de abandono y con evidentes signos de desmantelamiento.
“Estamos en la comandancia municipal, donde nos dijeron que nos iban a entregar y no hay nadie (…) solo una patrulla en lamentables condiciones y cerrada la comandancia, dejando un evidente vació”, señaló.
Frente a esta situación, la alcaldesa morenista afianzó la coordinación de la seguridad pública municipal con elementos de la Policía Estatal cuyo comandante se comprometió a redoblar esfuerzos para salvaguardar a la población mazateca.
De esta manera, Barbosa Sosa asumió la responsabilidad de la seguridad pública y estableció que trabajará de la mano con la Policía Estatal para garantizar la paz social que se anhela.
Se comprometió, además, a realizar las gestiones necesarias para conformar una plantilla policíaca que esté al servicio del pueblo pero, sobre todo, capacitada, que fortalezca las acciones de salva guarda y sea respetuosa de los derechos humanos.
Por último, sin calificar el evidente estado de abandono de la comandancia municipal, señaló que ahora su tarea es trabajar con ahínco para cumplir, a cabalidad, con la palabra empeñada al pueblo mazateco. Y continuar con el legado de desarrollo y paz que inició su difunto esposo Arturo García Velázquez, quien siempre abanderó las causas más sensibles de Jalapa de Díaz.