Hawái ha sido víctima de grandes desastres, pero los incendios forestales presentados el martes 8 de agosto son dantesco. Al domingo 13 se estimaba un centenar de personas fallecida, mil desaparecidas y 11 mil habitantes sin energía eléctrica el sábado anterior, independientemente de los daños materiales de gran magnitud.
Al parecer la sequía presentada en los últimos meses en la isla, así como los fuertes vientos provenientes del huracán Dora, permitieron que los incendios se extendieran a una velocidad mucho mayor, según las autoridades de Hawái, dificultando así las labores para extinguir las llamas.
En entrevista concedida el viernes 12 de agosto, el gobernador de Hawái, Josh Green, admitió que todavía puede pasar más de una semana antes de que las autoridades locales puedan peinar los restos calcinados de la histórica ciudad de Lahaina, para hacerse una idea del número total de víctimas.
La nueva cifra de fallecidos coloca al desastre por delante del tsunami que en 1960 mató a 61 personas en la localidad de Hilo, mientras que el tsunami de 1946, dejó 158 fallecidos antes de que el territorio se convirtiera en territorio de Estados Unidos,
El viernes 11 de agosto más de 11 mil personas estaban sin electricidad en Hawái, por lo que las comunicaciones en gran parte de la isla siguen siendo complejas.
El jueves 10 de agosto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó el envío de ayuda federal para complementar los esfuerzos de recuperación estatales y locales en las áreas afectadas por los devastadores incendios forestales.
Biden ordenó a la Guardia Nacional de EEUU y al personal de la Tercera Flota de Estados Unidos en Hawái, que hicieran todo lo posible para ayudar a las autoridades locales.
La dantesca catástrofe en Hawái, permitió ver a cientos de personas saltando al mar, para salvarse de las llamas de los incendios forestales en Lahaina, Maui.