Por: Yolanda Portugal/Misión especial de El Piñero en Zona de Desastre
Istmo de Tehuantepec, Oaxaca .- El municipio de Santiago Laollaga, que es la puerta de entrada a la sierra zapoteca, es uno de los municipios declarado zona de desastre tras el sismo de 8.2 grados en escala de Richter del pasado jueves; registró 110 casas dañadas y un severo problema con el agua que consume la población.
La alcaldesa Aska Yuray Toledo indicó que tras el movimiento telúrico, el agua que nace en el manantial de la cabecera de tornó turbia, provocando un problema generalizado en el municipio, ya que la mayoría de la población bebe y usa esta agua para el consumo diario.
El agua que nace a kilómetro y medio, aproximadamente, del palacio municipal es llevada mediante una tubería a una especie de bebedero público, hasta donde se desplaza la población a pie, en mototaxi y llena botellas, galones y garrafones, actividad que siguen haciendo pese a que el agua abandonó su tono cristalino tornándose amarilla y turbia.
Ante esta eventualidad que continúa después de cinco días del terremoto, la presidenta municipal ha pedido a expertos de CONAGUA que tomen muestras para asegurar que el vital líquido no contenga ninguna sustancia tóxica que pueda poner en peligro a los más de cinco mil habitantes de este municipio, por lo que se está a la espera de los resultados.
No obstante, como un diagnostico preliminar, se piensa que las capas del suelo que se encuentran bajo el ojo de agua se removieron de manera brusca y esto, aunado a las más de mil replicas, no ha dejado que la tierra tenga estabilidad.
Pese a este panorama, los laolagueños no han roto la costumbre de beber agua del manantial que por generaciones los ha provisto. Y es que una tradición usar agua sin ningún tipo de tratamiento, confiando que lo que ofrece la tierra es bueno y que el temblor no logró terminar.