Redacción/El Piñero
Por necesidad, debido a que se quedó sin trabajo, tras ser despedido después de 20 años de servicio de la compañía cervecera del trópico, don Miguel Castelán Román decidió emprender un pequeño negocio de venta de tortas, gelatinas y cocktail de frutas, junto a su esposa, ambos lo hacen para mantener a sus hijos.
“Me corrieron por recorte de personal, tras 20 años de servicio, hay que inventar cosas para trabajar y subsistir: la comida, hay que pagar la renta que son 2 mil pesos, son 3 miembros de mi familia, no hay días festivos, nada, sino, no vamos al día” comentó al reportero de campo Moisés Castro.
Don Miguel explicó que cada cocktail lo vende a 20 pesos, y su ruta habitual es desde Nicolás Bravo, el palacio municipal, hospital general, seguro social y camina hasta los juzgados del reclusorio para vender sus productos que prepara su esposa.
“Hay días que no se vende y es merma, los alimentos son perecederos, es fruta de temporada y se echa a perder pues, no se pueden guardar para mañana” finalizó.