➡️Se solicita el apoyo del pueblo; es el único sostén de su familia y vive con incertidumbre por no tener recursos
➡️Cualquier apoyo que comunicarse al 287 152 6917
Redacción El Piñero
La Soledad, Loma Bonita, Oaxaca. – Francisco Rodríguez Canseco nació en esta población hace 63 años. La mayor parte de su vida ha trabajado como jornalero en diferentes cultivos, ruda actividad que le permitía ganar 150 por día.
Don Chico, como lo conocen en La Soledad, no se casó, no tuvo hijos y por eso depende hoy de la ayuda de su hermana Raquel para comer, ser aseado y ser llevado con una especialista en pie diabético a Playa Vicente, pues una conchuda (garrapata) lo llevó a perder un dedo, y algo de suma importancia para él, es no poder trabajar, ganar los pesos que hoy necesita para seguir con su tratamiento, y no perder su pie izquierdo.
Don Chico es el sostén de su familia. A él y a su pequeña familia visitó El Piñero, Periodismo y Debate a invitación de su vecino, de nombre Jesús García, quien junto con muchos otros habitantes hay ayudado a este hombre del campo, de forma incondicional.
En entrevista, Francisco Rodríguez Canseco relata parte de su vida, y la forma en que llegó a enfermar de su extremidad, afectada desde antes por la diabetes.
En junio de 2023 a Francisco se le pegó una conchuda en el dedo chiquito del pie y él no se dio cuenta hasta que uno de sus sobrinos le dijo. – Mire lo que tiene en el pie. El observó su dedo, y como pudo arrancó al insecto. Así enfermó su dedo y se fue hinchando el pie, hasta que él ya no pudo caminar y mucho menos trabajar.
Por ello los habitantes de La Soledad lo han apoyado en la medida de sus posibilidades, pero “falta dinero porque a diario lo llevan a curaciones con una doctora de Playa Vicente, y las curaciones son caritas”, dice el hombre que aparenta tener mayor edad, por el rudo trabajo en el campo.
Preocupado, con el ánimo por los suelos de la limpísima vivienda que habita, Don Chico dice que necesita un estudio especializado, y que están por delante varias curaciones más.
Su inmovilidad, el no poder trabajar, y la falta de dinero hacen que a Francisco se le vaya el ánimo. Piensa en la falta de dinero, en cómo está y hasta cuándo va a poder caminar.
Al carecer de algún apoyo gubernamental, Francisco Rodríguez seguirá dependiendo del buen corazón de los habitantes del poblado, observa El Piñero.
Dice que ha trabajado rozando potreros, sembrando máiz, componiendo cercas de alambre, sembrando y cortando chile; fumigando el monte, y tapaleando. Ese ha sido su rudo trabajo bajo el candente sol de estos últimos meses.
Un buen jornal le permite ganar 200 pesos, pero antes solo 150 ganaba. Para poder salir adelante, el jornalero trabaja todos los días, incluyendo el domingo.
La doctora que lo atiende en Playa Vicente dice que sí se va a componer y eso aviva un poco su esperanza, por eso pide a la comunidad, a la población de buen corazón que llegue a enterarse de su penosa situación, que lo sigan apoyando.
Yo les doy las gracias a todos los que me han apoyado, estoy agradecido con Chucho García que ha puesto su ayuda conmigo.
Estas son las últimas palabras que expresa un hombre afectado por la diabetes y cansado de tanto luchar.
Raquel, la hermana de Francisco relata que hace un mes una garrapata se pegó al dedo de su pie, por lo que días después lo llevaron al hospital donde le tuvieron que cortar el dedo dañado y la infección no siguiera avanzando hacia los otros dedos y hacia arriba.
El pueblo entero ha apoyado a la familia, así como la doctora de Playa Vicente que se llama Mary Coti. Cada curación sale en mil pesos porque hay que comprar el medicamento. El ánimo de mi hermano está muy bajo…él piensa mucho en lo económico.
Jesús García Mendoza, el vecino que está la mayor parte del tiempo con Francisco Rodríguez, dice que la situación de Don Chico es difícil, pues se sigue necesitando dinero para no interrumpir la atención médica.
El expresa conmovido:
Agradecemos infinitamente el apoyo económico otorgado por la población de La Soledad, y el apoyo de El Piñero para difundir el caso de don Francisco y haberlo visitado en su domicilio. La idea de conocer la historia de este hombre de trabajo, lo hicimos con la finalidad de que otras personas puedan seguir ayudando. Yo no soy familia de él, somos vecinos, pero me duele y me preocupa su situación.
Por eso estoy aquí y juntamente con su familia pedimos ayuda desde el corazón.
Yo quiero pedir a través de este medio, como compañero, como amigo, como humanos que somos, que sigamos apoyándolo. El que lleve gusto de apoyar, muchas gracias porque aún hay camino por recorrer.
Me ha tocado estar cerca de él y veo su ánimo muy bajo, porque yo creo que para nadie es fácil estar en estas condiciones, pero todos los que lo apreciamos le decimo que le eche ganas, porque la misma doctora dice que su estado de ánimo le ayudara a sanar la herida.
Jesús García narra que el problema de salud de Francisco empezó con el piquete de una garrapata, una bermeja, de una conchuda para los que no saben de esto, porque esos bichos se les pegan a las vacas a las reses. Esos animales inyectan una ponzoña muy grande porque a veces se les pegan a las serpientes, a los sapos, y eso que chupan es lo que trasmiten como enfermedad.
Entonces como Don Chico es diabético, le ocasionó la hinchazón de su pie. Acudió al hospital de Loma Bonita, vieron que ya había pus, y no hubo otra opción que quitarle el primer dedo del pie izquierdo. El daño quería seguir en el otro dedo, y fue cuando me di a la tarea de buscar a un especialista en pie diabético. Así llegamos con la doctora María Coty que está en Playa Vicente. Nos dijo que iban a ser ocho días de curación, pero aun no se ha podido ver la recuperación.
Lo que queremos es que, todos los que alcancen a ver esta información, que apura lo económico. Invitamos a todo el que quiera apoyar la causa de Don Chico Rodríguez, lo haga, porque el precio de las curaciones ha sido variable. Las primeras tuvieron un costo de 1,700, 1,200, 700 pesos, y la doctora no está cobrando lo que debiera porque también está apoyando. Invitamos a los lectores de El Pilero, a visitar a Don Chico en su domicilio, a los pobladores de La Soledad que lo sigan haciendo, porque la recompensa no la van a recibir de su vecino, sino la van a recibir de Dios.
Aun de pocas palabras, Francisco ha sido un hombre ejemplar, de trabajo, sin vicios. Y aun pobre, su humilde casa luce limpísima. Y por ciero, su casa es una choza de techo de palma.
