➡️ La psicología de masas juega un papel crucial en estos actos violentos, donde el anonimato permite que la gente cometa actos atroces sin temor a repercusiones inmediatas: Casandra Ramírez
Redacción El Piñero
México.- Puebla se posiciona como uno de los estados con mayor número de linchamientos en México, ocupando el segundo lugar en el ranking de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
El caso más reciente y trágico ocurrió en el municipio de San Jerónimo Coyula, una junta auxiliar que pertenece al municipio de Atlixco.
El día de ayer, a las 6:30 de la tarde, cuatro hombres y una mujer fueron detenidos por un grupo de habitantes locales. Según informó la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Puebla, estas cinco personas eran presuntamente parte de una banda dedicada al robo de autos. La detención rápidamente se convirtió en un linchamiento cuando una turba enardecida comenzó a golpear a los cuatro hombres, dejando a la mujer aparte. Posteriormente, los atacantes incendiaron los cuerpos de los hombres, que ya se encontraban inconscientes, resultando en su muerte por calcinación.
Este incidente no solo subraya la violencia de los linchamientos, sino también un preocupante vacío de poder y desconfianza en las autoridades. La posición de Puebla en el segundo lugar de linchamientos a nivel nacional destaca una profunda desconfianza de los ciudadanos hacia las instituciones de seguridad y justicia, lo que muchas veces lleva a tomar la justicia por mano propia.
La psicología de masas juega un papel crucial en estos actos violentos, donde el anonimato permite que la gente cometa actos atroces sin temor a repercusiones inmediatas. En Puebla, se han registrado casos de linchamientos de personas inocentes, confundidas con delincuentes. Un caso notable fue el linchamiento de trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, acusados falsamente de ser comunistas. Otro ejemplo trágico es el asesinato de personas bajo la falsa acusación de ser secuestradores de niños.
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Puebla ha intentado mitigar estos incidentes mediante la capacitación de policías municipales y estatales, pero estos esfuerzos han resultado insuficientes. La falta de confianza en las instituciones de justicia y seguridad persiste, exacerbada por un sistema penal acusatorio que, en ocasiones, permite la liberación de delincuentes con el perdón de las víctimas.
Este fenómeno es un claro indicativo de que el trabajo conjunto entre la Secretaría de Seguridad Pública y los ministerios públicos es fundamental para restaurar la confianza ciudadana. Sin embargo, la realidad actual muestra una deficiencia en la respuesta y manejo de la justicia, lo que perpetúa la violencia y los linchamientos.
Es crucial que las autoridades tomen medidas más efectivas para garantizar la seguridad y justicia, evitando que los ciudadanos recurran a la violencia y tomen la ley en sus propias manos. La implementación de políticas públicas que fortalezcan la credibilidad de las instituciones y protejan los derechos humanos es una necesidad urgente para evitar tragedias como la ocurrida en San Jerónimo Coyula.