- “El que a hierro mata…”
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- Uno. “El aguafiestas” de Yunes
Es domingo 8 de octubre. Miguel Ángel Yunes Linares inicia la remodelación del bulevar de Veracruz y Boca del Río. Bulevarazo intitula Notiver la noticia de 8 columnas en portada.
Y a un ladito, publica fotografía con el título de “El aguafiestas…!”.
Y el aguafiestas es un señor sosteniendo con las manos una bambalina con una leyenda kilométrica, diciendo al góber azul que es su empleado, porque su salario se paga con el pago de sus impuestos.
Y por tanto, le ordena que cancele la obra del bulevard y mire hacia el fraccionamiento “El Floresta” que desde su creación se inunda cada año y el agua entra a las casas y todo destroza.
“El aguafiestas” termina su leyenda con frase bíblica y catatónica:
“Si sufro un ataque mi familia y yo hago responsable a mi empleado, el gobernador”.
A diferencia de Javier Duarte que siguiera caminando cuando fue encarado en Orizaba por la señora Aracely Salcedo, madre de Fernanda Rubí, la chica secuestrada en un antro, Yunes se detuvo en seco a leer la bambalina, desplegado de protesta.
El góber leyó con calma, renglón por renglón los dieciséis renglones y hasta entrecruzó las manos para detenerse, cierto, en la lectura, y al mismo tiempo en la reflexión y, de igual manera, para hablar con el inconforme.
Impensable en otros tiempos.
Carlos Salinas, por ejemplo, decía a los perredistas cuando ya iban 600 muertos. “Ni los veo ni los oigo”.
Ernesto Zedillo dijo a un pedigüeño que le tendía la mano: “No traigo cash”, y siguió caminando, tan campante.
Felipe Calderón reviró así a los familiares de desaparecidos y muertos: “Son daños colaterales”.
Yunes se detuvo, primero, a leer la bambalina, y luego, a platicar de las inundaciones en el Floresta que están desde antes de que el fraccionamiento fuera construido…claro, con el permiso oficial de los políticos de entonces.
Dos. Karime, obsesión de Yunes
El lunes 9 de octubre, Yunes, el góber, publicó la lista de los bienes decomisados a Javier Duarte y Karime Macías, entre ellos, 115 obras de arte, palos de golf, vajillas, etcétera.
Todos quedaron decomisados y algún fin social han de tener con el tiempo o de plano ya lo tienen.
La publicación, no obstante, forma parte de la estrategia yunista anunciada cuando dijera en rueda de prensa que iría por Karime, y por sus padres, y por sus 8 familiares a quienes en nombre del poder sexenal otorgara cargos públicos y manos abiertas a la corrupción y la impunidad.
Así, aplica la misma estrategia para que la Procuraduría General de Justicia de la República, PGR, procediera en contra de Javier Duarte.
Es decir, insistir e insistir al gobierno de Enrique Peña Nieto para que si Duarte fue encarcelado con la denuncia de tantos trastupijes, la guillotina también llegue a Karime y familiares, pues y como se afirma en el pasillo político, el rostro de Karime ante la población era dulce y tierno, pero en el interior del gabinete era tan implacable como insaciable.
Además, todo lo controlaba y hasta se metía en las decisiones políticas y sociales, pero más, mucho más, económicas.
Yunes, entonces, presiona. Presiona a Peña Nieto. Presiona a la PGR.
Sabrá el chamán el desenlace, pero el góber azul sigue empujando la carreta.
Tres. Yunes, bendecido
El góber va a una girita a su pueblo. Soledad de Doblado. Parece, a inaugurar una tiendita de servicio de leche Diconsa. Lechita barata, para los precaristas.
Entonces, una madre de familia la aborda. Y le cuenta su drama:
Soy madre soltera. Tengo tres hijos. Una de mis niñas es una revelación artística en danza. Todos los días la llevo a Veracruz para estudiar. Y tengo mucho gasto. Y no me alcanza. Y mi hija es una promesa. Y quiero darle el mejor de los mundos. Y estoy sola. Y ¡ayúdeme, señor gobernador, ayúdeme!
Entonces, Yunes Linares mete la mano a la bolsa derecha del pantalón y saca diez mil pesos y se los da.
Y la madre es feliz, notoriamente feliz. Y lo abraza. Y le desea el mejor karma del mundo. Y le deja bendiciones para él y los hijos.
Cuatro. El Judas de Duarte
Yunes encara, sin rodeos, a uno de los prestanombres de Javier Duarte, Moisés Mansur Cisneyros.
Y se citan para una primera cita en la Ciudad de México y Mansur lo planta. Y se citan de nuevo y lo vuelve a plantar. Se citan, entonces, en Canadá.
Y en Canadá, el góber inicia el diálogo con una frase sencilla, pero estrujante:
“Tengo tu expediente negro. Y el de tu esposa. Y te encarcelaré a ti y a tu esposa”.
Mansur Cisneyros, torero de vocación, acostumbrado a las estocadas, se doblega. Y despepita todo, todo, todo, lo que sabe de Duarte.
Fue el primer Judas del político preso en el Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
Ahora, lo ha anunciado al mundo para que nadie se llame sorprendido, va por Karime Macías, y sus padres, y sus 8 familiares.
Ni hablar, ya lo dijo el Santo Papa y el jaranero de la iguana:
“El que a hierro mata… a hierro muere”.