Luis Velázquez | Malecón del Paseo
12 de mayo de 2021
EMBARCADERO: El único consuelo de los pobres es vivir de la esperanza todos los días, apostando a una vida mejor algún día, pronto, quizá, lo más pronto posible… También suelen pasar los días rezando para ver si su dios voltea a mirarlos y tuviera compasión y misericordia de ellos… Se trata de una fe ciega a un ser superior a quien todos los días millones de personas rezan, llámese Dios, Buda o Mahoma, por ejemplo… El Papa Juan Pablo II tenía fama de rezar ocho horas diarias, de hecho y derecho, una jornada laboral…
ROMPEOLAS: Los años y los sexenios caminan y sin embargo, los pobres siguen creyendo y de pronto, pareciera que en el camino al Gólgota nadie los escucha… Nadie descartaría que con ellos se cumpla la sentencia bíblica de que pobre naciste y pobre vives y pobre morirás… Más, cuando se mira hacia el pasado y se redescubre que jodidos vivieron los abuelos y los padres y hasta los hijos… Por eso, incluso, la migración del campo a la ciudad donde suelen integrarse los llamados “cinturones de miseria” de tal forma que la pobreza en el medio rural la trasladan a la colonia proletaria…
ARRECIFES: En la historia de la vida, son pocos, fuera de lo común, los pobres que salen de pobres… Peor aún, excepcionales quienes en el camino sienten, creen y están convencidos de que con sus oraciones fueron escuchados y la vida fue distinta… Con todo, ellos siguen orando y hasta forman cadenas de oración y piden a los amigos rezar por ellos… Quizá un Padre Nuestro, un Ave María, etcétera, únicamente alivian un ratito la desesperación humana, de igual forma como leer poemas o escuchar música…
ESCOLLERAS: En la homilía, el sacerdote dice a los feligreses, por lo general, gente pobre, jodida, en la miseria, que en el otro lado del charco serán felices porque el paraíso los espera… En el Corán, por ejemplo, se llega al éxtasis cuando aseguran a todo feligrés que si arriesga la vida como un kamikaze en el paraíso lo esperan 72 (setenta y dos) vírgenes para hacer el sexo… Y lo insólito, los hombres apasionados, intensos y volcánicos lo creen… En la religión católica ofrecen la alternativa del cielo y el infierno, Dios o Luzbel…
PLAZOLETA: En la novela Macario, de Bruno Traven, el hombre es tentado por el diablo… Y a cambio de su vida, le ofrece una pócima milagrosa para curar enfermos… Y cada vez que se presenta la oportunidad, al hombre se le aparece el demonio quien decide si aplica la agüita… El hombre se hace rico, consciente de que cuando muera el infierno lo espera… De hecho y derecho, como dice el viejito del pueblo, “vendió su alma al diablo”… También Salomé vendió el alma y el cuerpo a Herodes, quien a cambio del sexo le entregara la cabeza decapitada de Juan Bautista, el primo de Jesús… Todo, para vivir en el paraíso terrenal…
PALMERAS: Los pobres forman parte del relato bíblico… Y todos los prohombres de la historia han luchado por los pobres como, por ejemplo, y entre tantos otros, Jesucristo, Lenin, León Trotsky, León Tolstói, Víctor Hugo, Goethe, Salvador Allende, Emiliano Zapata, Ernesto El Che Guevara y don Rafael Guízar y Valencia… Muchos siglos después, cuando todos ellos se volvieron polvo, los pobres ahí siguen, quizá, como intitulara Luis Buñuel una de sus películas, como “Los olvidados”… Y como decía Franz Fanon, “Los condenados de la tierra”…