Luis Velázquez/ Expediente 2017
Con todos se ha peleado el Fiscal azul.
Peleó con las madres de los secuestrados, desaparecidos y asesinados, y todavía se pitorreó de ellas.
Peleó con los reporteros, quienes como le formaron un frente común advirtió que sólo esperaba que el primero cometiera un error, un desliz, un delito, para refundirlo en la cárcel.
Peleó con la diputada Maryjose Gamboa Torales y cada quien por su lado.
Peleó con los diputados locales y federales, a quienes llamó “bola de corruptos”, incluidos los del PAN y PRD, la alianza que entrara al palacio de gobierno de Xalapa.
Menos… con una mujer ha peleado.
Y por supuesto en ningún momento es la llamada “Lady Fiscal”, también “Barbie del Fiscal” (herencia, se afirma, de su antecesor).
Se llama Gabriela Mercedes Reva Hayón, Oficial Mayor en la Fiscalía.
Y aun cuando el Fiscal es un litigante metido a político megalómano, que él mismo se filma Periscope y trepa a las redes sociales, más egocéntrico que Luis Ángel Bravo Contreras y Alberto Silva Ramos, y que son palabras mayores, ante Gabriela Reva sólo aplica la letanía chirinista de que “el respeto al cargo político ajeno es la paz”.
Y la respeta, simple y llanamente, por la siguiente razón: la Reva es nombramiento directo del gobernador.
Y sabe que si se mete ahí… está perdido.
Además, ella es la operadora de todo y con todo, desde el billete hasta las unidades móviles de la Fiscalía, por ejemplo, y ni modo de pelearse con la cocinera de la casa.
Más aún: el Fiscal designó a varios amigos en cargos públicos, pero la Reva consultó con el jefe máximo de la revolución azul los sueldos y salarios.
Todavía más: ahora cuando las campañas electorales de los candidatos a presidentes municipales está a tambor batiente, la Reva comisionó camionetas y automóviles y el Fiscal sólo se quedó como “el chinito”, mirando.
Ella es “la horma de su zapato”.
LOS AMIGOS AL PODER
De la primera quincena del mes de diciembre 2016 a la primera quincena del mes de marzo 2017, el Fiscal dio de baja a 277 funcionarios, entre ellos, a Crosby González Montiel, quien empleado de Bravo Contreras le pasaba información confidencial, y lo que expresa, claro, dada su naturaleza y su identidad humana.
Y en tal fecha, el Fiscal dio de alta a 127 personas, entre ellas, las siguientes:
Marcos Even Torres Zamudio (visitador general y su maestro en la ex Universidad Villa Rica), Andrés Campoli Gabriel Andes (analista especializado, gente de Even), Joao Jair García Uscanga (Fiscal auxiliar del visitador general, gente de Even), y Néstor David Morales Pelagio (abogado general de la Fiscalía, gente de Even).
De igual manera, a Luis Eduardo Coronel Gamboa (el Fiscal para desaparecidos, recién envuelto en un lío en un bar de Xalapa) y a Víctor Ángel Sánchez Pineda (su reportero y fotógrafo, analista administrativo).
Y a todos ellos fue Gabriela Reva la que designó los sueldos y el Fiscal elegido por la LXIV Legislatura (“Bola de corruptos”) por nueve años, aguantó vara.
Con todo, salieron beneficiados.
Por ejemplo, el salario del profe Marcos Even Torres le ha permitido comprarse un departamento en Xalapa que le costó un millón doscientos mil pesos, pues ya estaba cansado de viajar todos los días de Veracruz, además de que el lenguaraz Fiscal lo necesitaba de tiempo completo con tantas “babosadas” (“Yo no contesto babosadas” ha dicho el góber azul) en que ha caído.
Y es que el Fiscal necesita a su lado a su profe en la facultad de Derecho de la Villa Rica, desde los tiempos aquellos cuando cada semana solían comer en el restaurante “Veneciano”, en Boca del Río, con sus amigos y condiscípulos Pepe Joao y Néstor David Morales.
Sólo así agarró confianza para que el tinaco mental se le desconchiflara por completo y encontrara el reposo con sus amigos.
Claro, una cosita es el salario que la Reva les otorgó a cada uno de ellos y otra la compensación que pudiera ser, digamos, cien por ciento estimulante.
EL FISCAL SIGUE LITIGANDO
El despacho del Fiscal sigue trabajando a todo vapor. Mejor dicho, su despacho en Veracruz y su despacho en la Ciudad de México.
En Boca del Río, su operador es el Jefe del Registro Público de la Propiedad. Y, claro, en las agencias del Ministerio Público y los juzgados lo conocen y ligan con el Fiscal y sus asuntos son prioritarios.
Tal cual se llama tráfico de influencias, pero con “el látigo en la mano” es de lo menos.
Tan es así que, por ejemplo, el Fiscal llevó el caso del priista Alfonso del Rayo, el testigo protegido en Estados Unidos en el proceso penal a Pancho Colorado, “El señor de los narco/caballos”, en la demanda contra la familia del ingeniero Luis Moreno disputando unos terrenos en Alvarado.
Luego, ya en la Fiscalía como “El señor Justicia” difirió el asunto a uno de sus litigantes para aparentar que se “lavaba las manos”.
¡Ah!, pero también vive en Xalapa en una mansión propiedad del diputado federal, Adolfo Mota Hernández, quien no le cobra un solo centavo de renta, y con lo que habría, digamos, ganado impunidad, además, claro, del cabildeo del senador Emilio Gamboa Patrón ante el góber azul.
Con todo y las restricciones de Gabriela Reva es feliz porque la vida le permitió (gracias a los Ruiz Ortiz, Valentín, QEPD, e hijos) cobijarse en la Yunicidad y dar rienda suelta a su megalomanía, “los aires de grandeza” delatados por su lengua tan superficial y pizpireta.