- Paladín de la honestidad
- Yunistas, ángeles de la pureza
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- 1
Si el góber azul es el paladín de la ley y la justicia y símbolo de la lucha anticorrupción, entonces, “veinte y las malas”, ajá, que tanto él como jefe del Poder Ejecutivo y el gabinete legal y ampliado serán los políticos más honestos, más puros, impolutos cien por ciento, en la historia local.
Y es que si el jefe máximo está “cortando cabezas” de los duartistas que “ordeñaron la vaca”, por añadidura, todos y cada uno de los yunistas, empezando por el gobernador y sus hijos, y los secretarios y subsecretarios y demás (directores y subdirectores, jefes y subjefes, amigos, socios, aliados y cómplices, y familiares y compadres) serán los más honestos del continente.
“El peje”, por ejemplo, “se morderá la lengua” diciendo que Miguel Ángel Yunes Linares “es corrupto, muy corrupto”, pero con la espada desenvainada en contra de los políticos corruptos del duartazgo y el fidelato, cabeza y jefe máximo del grupo, todos serán, son mejor dicho a tres meses y medio, ángeles de la pureza.
Nada de desviar los recursos públicos. Nada de la llamada “Operación licuadora”. Nada de asignaciones por dedazo como ha documentado el ex panista y empresario, Alejandro Cossío Hernández, en contra del secretario de Salud, Irán Villa Suárez.
Nada de tráfico de influencias para, digamos, favorecer a los familiares y a los amigos, y de paso, a sí mismo.
Habrá, claro, existe ya, cacería en contra de los duartistas corruptos.
Jamás se dará una filosofía política y social para, digamos, otorgar la indulgencia libertaria.
La batida, razón de ser, eje central de la vida todos los días y todas las noches de la yunicidad es el insólito y gran combate contra los pillos y ladrones del erario público.
2
Ni Enrique Peña Nieto con su Sistema Nacional Anticorrupción…
Ni Felipe Calderón Hinojosa con su secretaría de la Función Pública…
Ni Vicente Fox Quesada con su código de ética…
Ni Miguel de la Madrid con su renovación moral…
Ninguno de ellos, pues, alcanzó la estatura moral y ética de un político como Miguel Ángel Yunes Linares, simple y llanamente porque su lucha contra la corrupción significa una batida contra el pasado inmediato, pero también, en el presente.
Cero tolerancia a la corrupción contra los duartistas.
Pero al mismo tiempo, el gobierno más honesto en un país que ocupa los primeros tres lugares de trastupijes políticos en el mundo.
La distancia años luz, por añadidura, entre los dos Yunes azules.
El Yunes de Patricio Chirinos Calero y el Yunes panista, dueño único y absoluto hoy de la pelota.
Que Javier Duarte interpuso denuncias penales en la Procuraduría General de la República, PGR, y en la Fiscalía cuando gobernaba Luis Ángel Bravo Contreras en contra de Yunes Linares, pobres audaces y temerarios, porque significó una faramalla y terminó en una patraña.
Que “El peje” asegura que la mansión de Yunes en la desembocadura del río Jamapa en el Golfo de México, ni siquiera, vaya, la tiene Barack Obama, vaya lenguaraz que es el tabasqueño.
Que Yunes se compró un ranchito de 600 hectáreas en la carretera a Tres Valles, caray, qué intrigantes son, pues nadie pensó en su capacidad ahorrativa.
Que Yunes se compró con su trabajo como funcionario público un yatecito, caray, un político que ha trabajado tanto bien lo merece, y más.
Y es que si el góber azul ha lanzado su cruzada ética se debe, entre otras razones, a que posee una autoridad moral “a prueba de bomba”, les pese a quienes les pese, así el presidente del CDE del PRI, Renato Alarcón, se duela de que “nos persigue, nos persigue, nos persigue”.
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El bienio jarocho, entonces, será el más puro, el más honesto, el más limpio en la historia del Golfo de México.
El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior…
Y la Comisión de Vigilancia del Congreso integrada por quince diputados locales…
Y la Contraloría…
Y la secretaría de Finanzas y Planeación…
Y los auditores internos y externos…
Y lo más importante, la Auditoría Superior de la Federación, ASF…
Todas ellas, las dependencias responsables de la rendición de cuentas y la transparencia pueden retozar como gatos capones, tranquilos y felices, porque el Sumo Pontífice de la honestidad gobierna Veracruz.
Ni un centavo será desviado, ni siquiera, sabedlo, príncipes y vasallos, para las campañas electorales de presidentes municipales, síndicos y regidores… en puerta.
Nada de que la esposa de un secretario se irá de shopping a cada rato para gastarse ocho millones de pesos anuales como la esposa del prófugo de la justicia…
Nada de que con cargo al erario se compren casitas en Woodlands, Texas…
Nada de que el dinero oficial será desviado para adquirir ranchitos como “El faunito” y “Las mesas” en el Valle de Bravo.
Enrique Peña Nieto terminará su mandato constitucional el año entrante a la par que Yunes Linares.
Y Peña Nieto, tan obsesionado con la corrupción, tendrá en Yunes a su héroe nacional, incluso, para acuñar su imagen en algún billete impreso por la Casa de la Moneda.
Honesto Yunes. Honesto su gabinete legal y ampliado. Honesta su familia. Honestos los amigos, socios, aliados y cómplices. Honestas las posibles barbies que por ahí vayan saliendo. Honestos todos.
“Podéis ir en paz. La misa ha terminado”.
(Y quien lo dude y lo cuestione…, se pudrirá en el infierno).
Es más, si es cierto como afirmaba León Tolstói, que “lo más grande en el mundo es vencer la tentación” (carta al zar Alejandro III), entonces, Yunes Linares será beatificado, por encima, incluso, de José Mujica, el presidente de Uruguay declarado el político más honesto y austero del planeta.
