:: Con vida política propia, el ex alcalde de Boca del Río ha trabajado para ir por el gobierno de Veracruz
:: Con fama de administrador tiene sus plus, como una mayoría panista en Congreso y la mitad de los alcaldes que serían aliados en la busques de la felicidad, su filosofía social
:: En el ideario colectivo hay rechazo a una monarquía pues tomaría el cargo de su papá y todo indica que su hermano Fernando también es parte el proyecto que ya suena a dinastía
:: MORENA, el enemigo a vencer, contaría con el potencial AMLO que en las urnas arrastra al resto de los candidatos
Ignacio Carvajal blog.expediente.mx Para El Piñero de la Cuenca
Veracruz.- En febrero del 2012 Miguel Ángel Yunes Márquez tuvo su primer desencuentro con la violencia en Veracruz durante una gira por la zona norte del estado, en su papel de coordinador del Programa Oportunidades del gobierno Federal, cuando una banda de asaltantes le agredió con armas de fuego.
Los impactos de los rifles de asalto sin embargo no le causaron daño, la camioneta en la que se desplazaba era blindada y el chofer que traía al volante, un elemento de lo más capacitado en conducción a la defensiva, logró manejar con las llantas averiadas hasta el palacio municipal de Álamo Temapache, donde fue resguardado por la Marina.
Si lo querían asesinar o solamente asaltar, es algo que ya no se supo, pues el tema quedó en la impunidad. Lo cierto es que en ese entonces no se dimensionaba el papel que iba a tener ese joven funcionario en el escenario político de Veracruz, pues ahora, en los cuernos de la luna, marcha rápidamente a sustituir a su padre en el poder Ejecutivo.
Comenzó su carrera política en 2004, llegó al Congreso Local como diputado plurinominal después de que su papá, Miguel Ángel Yunes Linares, dejó el PRI con un grupo de diputados aliados de la entonces líder del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Peleado con Roberto Madrazo, Yunes, Tomas Ruiz y Rafael Moreno Valle quemaron sus naves por el proyecto panista.
En ese 2014 iniciaba el gobierno de Veracruz el eterno rival político de su padre, Fidel Herrera Beltrán, y desde ese momento, Yunes Márquez impuso desde el Congreso marcaje personal contra el oriundo de la Cuenca del Papaloapan.
No hubo acción de gobierno, programa, nombramiento de funcionarios o desvío de recursos en el gobierno de Herrera Beltrán que Yunes Márquez no hubiera señalado en la tribuna desde su posición en la Comisión de Vigilancia.
Durante los poco más de dos años y medio que estuvo como legislador, Yunes Márquez se distinguió por documentar y señalar de manera recalcitrante los abusos cometidos por el Fidelismo y los niños fieles.
Fidel Herrera incluso no pudo ignorarlo, día y noche elementos de la Dirección de Política Regional vigilaban los movimientos de Yunes Márquez.
Los espías del gobierno o mejor conocidos como “orejas” peinaban Boca del Río en busca de casas, negocios y lugares que visitaba el hijo de Yunes para reportar cada uno de sus movimientos.
Uno de los enfrentamientos más fuertes entre Yunes Márquez y el Fidelismo se dio en enero del 2007, cuando Yunes Márquez exigió la renuncia del entonces procurador, Emeterio López Márquez, quien se negaba a investigar los malos manejos de Herrera Beltrán y del gobierno de Miguel Alemán.
Desde la tribuna, Yunes Márquez aseguró que Emeterio López era un empleado más de Fidel Herrera que no cumplía con la ley, incluso la violaba y tenía que renunciar.
En ese sentido, con más de 10 años en el escenario público, resurge su experiencia como una de sus fortalezas camino a la contienda electoral del 2018, donde ya es el virtual candidato al gobierno de Veracruz por el PAN.
Experiencia forjada en encuentros y desencuentros con los rivales políticos de su padre y de su partido, que no dudaron en cobrarle la factura cuando ganó las elecciones municipales en 2007 para convertirse en alcalde de Boca del Río, desde el primer mes, el gobierno de Veracruz le cerró la llave de los recursos financieros, y Yunes Márquez tuvo que tramitar varias denuncias penales por las retenciones las cuales nunca tuvieron éxito.
Sin embargo, y acá radica otra de sus fortalezas, lejos de quedarse sentado a quejarse, echó mano a una estrategia consolidada para bajar fondos federales por medio de proyectos productivos y de inversión.
En su primer año como alcalde, le cambió la imagen a Boca del Río, construyó el Dren B en la zona de colonias y remodeló el primer cuadro de la ciudad y el bulevar, con lo que elevó la calidad de vida de cientos de ciudadanos de las colonias y de la zona centro.
De hecho, la obra del Dren B se convirtió en el sello de su campaña, así como en el sitio por excelencia para iniciar campañas del PAN mostrando el gran cambio traído por el panismo de los Yunes.
Esa misma mística aplicó Yunes Márquez en cada una de sus obras durante las dos veces que le ha tocado ser alcalde. Los ciudadanos de Veracruz y Boca del Río notan bien la diferencia al pasar de una ciudad a otra, la del puerto luce abandonada y llena de baches, sucia, mientras que la vecina Boca del Río crece, muestra nuevos negocios, calles remozadas y a nivel nacional está entre las que menos pobreza registra su población, según los reportes del CONEVAL.
Al igual que Fidel Herrera, Duarte de Ochoa también le aplicó retención de recursos a Yunes Márquez como alcalde, más de 200 millones de pesos que no se enviaron pese a estar etiquetados. El edil tuvo que echar mano de nuevo de sus dotes como gestor de proyectos para hacer obra pública y poner denuncias penales contra la administración de Duarte.
No solo eso, lidereó la revuelta de alcaldes veracruzanos, invitada por el PRD, que terminó en la toma del palacio de gobierno en Xalapa cuando Flavino Ríos era gobernador interino, lo que de nuevo lo mostró con dotes de líder, y se comenzó a perfilar mediáticamente como el personaje más visible entre el panismo después de su papá, el gobernador.
Pese a los esfuerzos de Duarte para descarrilar a Yunes Márquez, este siempre encontró el camino para darle la vuelta, intentó el duartismo hasta quitarle el fuero con tal de hacerlo tropezar pero solo lo fortalecían.
En sus giras por el estado platicando de sus experiencias como edil de Boca del Río, dió a conocer que ha realizado más de mil obras en las que se invirtieron sumas millonarias, la última, el centro cultural Foro Boca, con el que cosechó relevancia a nivel internacional.
A su parecer, la política pública y el gobierno más que servir tiene que pensar en crear felicidad para los gobernados, “Boca del Río es una ciudad Feliz”, dice al finalizar su gestión.
Otra de sus fortalezas es que el gobernador actual es su padre, y este es el mayor capital a su favor.
Su hermano Fernando también es el alcalde de Veracruz, la ciudad más importante del estado, la de mayor presupuesto y el granero electoral más grande.
En el DIF estatal Migue Ángel Yunes Márquez tiene otra aliada, Leticia Márquez, su mamá, quien de plano ya se adelantó y anunció que tendrá un hijo gobernador, y si se puede, dos.
Y en panismo veracruzano por el momento no hay algún otro liderazgo que le haga sombra, pues practicante tienen el control de todos los grupos regionales, que están ampliamente representados en el gabinete de Yunes Linares.
De hecho, lo que más destaca a su favor es que el PAN, en su alianza con el PRD, vienen de ganar las elecciones a gobernador en 2017 con un incremento notorio en votos y las municipales del 2017, donde la alianza se alzó con más del 50% de los triunfos, con lo que en cada alcalde, Yunes Márquez tendría a un operador potencial y con capacidad en para ricamente la mitad de los ayuntamientos, como Veracruz y Boca del Río, la zona poblada más rentable del estado, y que son de dominio azul.
SIN EMBARGO…
El primer factor que tiene en contra en sus aspiraciones, es el “efecto AMLO”, pues de no ocurrir otra situación Andrés Manuel López Obrador será candidato de Morena rumbo a la presidencia de la república en 2018, y aunque las anteriores contiendas las ha perdido, sigue siendo el preferido en las encuestas y cuando compite sus candidatos son beneficiados por su arrastre electoral.
En esos términos el piso estaría parejo entre el hijo del gobernador y Cuitláhuac García, el gallo de MORENA.
Pese a contar con una carrera propia, varios cargos administrativos y al menos dos de elección popular, carga a cuestas ser hijo del actual gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares, quien es acusado por detractores y los partidos opositores de hacer todo a su alcance para allanar el camino al vástago, para hacerlo su heredero.
“Estamos ante el intento de una monarquía”, dijo Andrés Manuel López Obrador en el cierre de campaña de su candidato a la alcaldía en el puerto de Veracruz, en las municipales de mediados de 2017.
A micrófono abierto, el más claro contrincante de los Yunes panistas expresó su rechazo por la idea de que Yunes Linares le entregue el poder Ejecutivo a su hijo, en diciembre del 2018.
Numerosas han sido las voces que han rechazado la postulación de Yunes Márquez por la sombra de su padre, y es el señalamiento más rudo que hasta ahora le hacen, “si no pudo el padre, menos el bodoque”, acusó el ex candidato de Morena al gobierno de Veracruz en 2016, Cuitláhuac García, al rechazar el proyecto yunista por el incremento de la violencia.
Y es que por lo menos en la agenda pública, el tema de la violencia es el que estaría pegando más duro al hijo del gobernador, si se concreta su candidatura, pues su padre, en campaña, ofreció traer paz a Veracruz en seis meses, y cumplido un año de su mandato, hay más muertos y secuestros.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública hasta diciembre pasado indican que Veracruz registra cerca de mil 800 homicidios dolosos, la mayoría con arma de fuego, de esas víctimas, al menos 202 son mujeres, y otros 60, menores de edad.
El discurso del gobernador se ha tenido que centrar en la criminalización de las víctimas, tratando de justificar los homicidios por el contexto y vida que habían llevado los finados, como pasó en el multihomicidio de la colonia Calzadas, de Coatzacoalcos, a mediados del 2017, donde adelantó que la muerte le había llegado a esa familia, incluidos cuatro niños, porque el padre había participado en hechos delictivos de alto impacto.
Además, el hijo del mandatario en campaña tendría en contra la mala gestión efectuada por otro de los cercanos a la familia, el titular de la SSP, Jaime Téllez Marié, quien ha sido colaborador y amigo de Yunes Linares desde hace varios años, y la cercanía con los hijos del Ejecutivo es evidente y palpable.
Téllez Marié en la SSP no ha logrado consolidar acciones preventivas para evitar los robos y otros delitos del fuero común, que son los que más impactan al ciudadano, y de lo que también da cuenta el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Si algo estuvo a favor de Yunes Linares durante su campaña sin duda fueron las simpatías de los grupos y colectivos vejados por el gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Así, Yunes Linares mostró siempre su solidaridad con los periodistas y con las madres de los colectivos que buscan a sus hijos víctimas de la violencia.
Fueron al menos dos las reuniones que organizó Fernando Yunes -en su papel de senador- para que su padre, Miguel Ángel Yunes, hiciera acercamientos con las madres de los colectivos, donde se visibilizó la problemática dejada por Duarte y los suyos.
Pero ahora las madres de los colectivos no quieren saber nada del Yunismo, por lo menos así lo ha expresado el Solecito de Veracruz, pues acusan que Jorge Wínckler, fiscal general del estado, activo del Yunismo, es un incompetente que no ha dado resultados.
Por lo menos con este sector, Yunes Márquez ya no podría cosechar las mismas simpatías que su padre.
Durante sus dos gestiones como alcalde, la transparencia no ha sido lo suyo, y muestra de ello fue la detención, en 2014, de su encargado de la Unidad de Acceso a la Información durante su primera administración en Boca del Río, Carlos Alberto Gómez Díaz Durán, llevado a la cárcel, derivado de la investigación FESP/435/2011/VI, porque siendo funcionario en Boca no entregó la información relativa a la nómina de empleados de Yunes Márquez, pese a varios ordenamientos del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información.