Luis Velazquez / Escenarios
18 de agosto de 2017
Uno. Filosa filosofía
Una frase retrata al gobernador:
“No nos interesa quedar bien con quien nos critica”.
La frase fue pronunciada el domingo 13 de agosto, cuando la reunión del llamado “Grupo de Coordinación Veracruz” que sueña con pacificar el territorio jarocho de norte a sur y de este a oeste.
Tal cual ni les interesa ni interesará, digamos, quedar bien, ajá, con los Solecitos y Colectivos, que tanto han evidenciado al Fiscal por su actitud y política errática ante los desaparecidos.
Tampoco le ocupa ni ocuparán los diputados locales y federales y senadores disidentes, y/o en todo caso, críticos al bienio azul.
Tampoco, claro, los críticos de la iglesia católica, por ejemplo, los obispos y el arzobispo.
Ni menos, mucho menos, los empresarios críticos con la inseguridad y la violencia.
Ni tampoco, desde luego, con Andrés Manuel López Obrador, con quien el góber azul trae pleito casado y cruzado.
Y por supuesto, tampoco le “interesa quedar bien con” los medios críticos, digamos, los que restan.
Queda, entonces, confirmada la antigua receta bíblica de que “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de manera absoluta”.
Y en el caso, porque la frase expresa el más elevado autoritarismo a que se ha llegado en el ejercicio del poder y en la tarea de gobernar.
“Están conmigo o están contra mí” preguntaba Ronald Reagan a los críticos.
Ustedes, ha dicho Ronald Trump, a la mayoría de los medios, son mis enemigos.
“Yo no te pago, decía José López Portillo, para que me pegues”.
Además, se reproduce la vieja enseñanza del priismo tradicional en que el gobernante es el jefe de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Y el jefe de las finanzas públicas y de las corporaciones policiacas.
Y el jefe nato del partido en el poder.
Y el jefe de una parte considerable de los medios.
Y ay, claro, de quienes se opongan, pues, y como en el caso de Augusto Pinochet, tiraba vivos a sus críticos desde un avión a la mitad del océano infectado de tiburones.
Y/o como en el caso de Porfirio Díaz Mori que encarceló 41veces al periodista y activista social, Ricardo Flores Magón, y al periodista Filomeno Mata 36 ocasiones.
Eran, son, las reglas del sistema político que vivimos aún.
Primero, cooptación. Y si el crítico rechaza la oferta monetaria, entonces, la cárcel.
Y si insiste, la muerte.
Gonzalo N. Santos, el cacique de San Luis Potosí, lo resumía de la siguiente manera:
Cárcel, entierro o destierro.
“El país de un solo hombre” llamó Enrique González Pedrero sus dos tomos sobre Santa Anna.
El Veracruz “de un solo hombre”, pues.
En 1829 y en 2016/2018.
Dos. Ya están avisados…
Podrán, entonces, los críticos (digamos, los analistas, los activistas sociales, los politólogos, los medios, etcétera) ocuparse de los claroscuros del bienio en turno.
Pero ya están avisados y advertidos.
Ha de recordarse que el primero de diciembre del año anterior cuando su toma de posesión, el góber pronunció tres discursos.
Uno, en el Palacio Legislativo. Otro, en el patio del palacio de gobierno. Y otro más, en el parque Juárez.
Y en los tres mostró la mano empuñada.
Tal era el mensaje simbólico y real para expresar sin rodeos que ejerce y ejercerá el poder con el puño por delante.
Yo, diría, soy la verdad. Yo tengo razón. Yo voy en el camino acertado. Yo encarno a Veracruz. Criticarme significa hablar mal de Veracruz.
Su Alteza Serenísima gustaba a Antonio López de Santa Anna, tres veces gobernador de Veracruz y once veces presidente de la república, que le llamaran.
El dios terrenal, pues.
Allá… que los perros se queden ladrando solos en la noche a ver quién se cansa primero.
Si el huésped interino del palacio de Xalapa o los críticos.
Tres. Sobre advertencia… no hay engaño
Ocho meses y medio después, nada, absolutamente nada han ganado los críticos.
El gran pendiente social como es la inseguridad en la vida y en los bienes se ha recrudecido.
Los carteles y cartelitos siguen gobernando la jugosa plaza jarocha.
Ninguna obra pública existe en el territorio estatal, más que, digamos, la anunciada en el papel.
La mayoría de secretarios del gabinete legal y ampliado en el limbo. Nueve de cada diez ciudadanos, por ejemplo (quizá los diez) desconocen los nombres de los funcionarios, tan grises y opacos como son.
El desempleo, el subempleo y los salarios de hambre, en abierta competencia con la pobreza, la miseria y la jodidez.
Ninguno de los 600 mil analfabetos de 14 años de edad en adelante ha aprendido a leer y escribir, pues a nadie ocupa ni preocupa.
Lo único prioritario es el proyecto familiar político y la mitad de la población de Veracruz y la otra mitad… que se joda.
El poder público, en su más alta dimensión patrimonialista.
Y si hay quienes critican… que lo sigan haciendo porque nadie los ha tomado en cuenta ni los tomará.
Y cuidadito y los críticos enervan y sacan de las casillas porque entonces se atendrán a las consecuencias.