- Amenazas de muerte
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Yunes contra Lobato
Los vientos han arreciado. Más huracanados que nunca. En el ring político, el gobernador Yunes y la diputada Cinthya Lobato Calderón. Como en los viejos tiempos cuando Miguel Ángel Yunes Linares se conflictuó con José Luis Lobato Campos y hasta lo amenazaron de muerte.
“Tus escoltas y tus policías me matarán, pero antes te pego un tiro” le dijo.
Y durante muchos la amistad y el compadrazgo se perdieron, pero luego, quizá anticipo de la república amorosa, la relación fue restituida entre ambos.
Ahora la pelea es con la hija de Lobato Campos. Todo porque ella renunció a la bancada panista en la LXIV Legislatura y el mundo le cayó encima.
“No sabes lo que te espera” le anunciaron sus homólogas María Elisa Manterola, fallida candidata a diputada federal derrotada por MORENA, y Marijose Gamboa Torales, reelecta diputada local.
El pleito está en la cancha pública con una rudeza innecesaria. Y menos cuando la yunicidad va de salida.
“Quieren hacerme la vida imposible estos cuatro meses de gobierno” advirtió Cinthya, cuyas diferencias con He Man Sergio Hernández Hernández, el coordinador de la bancada panista afloraron en el mercado popular cuando ella denunciara que gastaba el recurso oficial en borracheras, mujeres y orgías.
Y cuando fueron convocados a la institucionalidad y a que nunca, jamás, la rispidez aflorara, todo se hizo público.
Hoy más que nunca, cuando el PAN perdió en el domingo electoral la gubernatura, que era lo más importante, las diputaciones locales y federales y las senadurías, y de ñapa, la presidencia de la república con “El chico maravilla”.
DOS. Si José Luis Lobato viviera…
Se trata, entonces, de la crónica de una guerra anunciada.
El mismo día cuando Cinthya renunciara a la bancada panista para brincar a la bancada más odiada del bienio azul, en la tarde/noche, el bar propiedad de la familia de su cuñado fue clausurado.
Luego, ella denunció y documentó que le habían sembrado droga.
Después reveló que, días anteriores, las secretarías de Salud y de Finanzas y Planeación le aplicaban auditorías sanitarias y fiscales a sus negocios, entre ellos, a la funeraria “Bosques del Recuerdo”.
Ahora reveló que van en contra de su patrimonio y en contra del patrimonio de sus familiares y colaboradores.
Entonces afloraron las amenazas de las diputadas Elisa Manterola y Marijose Gamboa Torales.
Y siente, presiente, huele, olfatea, mírate venir que sembraron cadáveres en el panteón “Bosques del Recuerdo”.
Y nada fácil será que pronto, “antes de que el gallo cante tres veces”, les dictaran órdenes de aprehensión.
¡Caray, si José Luis Lobato Campos viviera…!
Y eso que eran compadritos queridos…
TRES. Rudeza innecesaria
La yunicidad, por ejemplo, convenció a un montón de diputados, alcaldes y caciques del PRI, PVEM, MORENA, PT y PES para desertar y pasarse al PAN y nunca los partidos políticos procedieron en contra de ellos.
Si acaso, y en casos excepcionales, los expulsaron del partido y lo que expresa el reglamento.
Regina Vázquez Saut, Basilio Picazo, Renato Tronco, Felipe Amadeo Flores Espinoza, Mario Tejeda Tejeda y Fernando Arteaga Aponte, entre otros, se fueron del tricolor, más equis número de presidentes municipales, y nada pasó.
Sebastián Reyes, Eva Felícitas Cadena y Míriam Judith González, más alcaldes y síndicos y regidores de MORENA, anexos y conexos, se pasaron al Partido Acción Nacional y sólo fueron expulsados.
Pero cuando Cinthya Lobato se fue del PAN para cobijarse en el MORENA de AMLO y Cuitláhuac García Jiménez, los políticos de izquierda que descarrilaron el sueño yunista, la sentencia bíblica ha sido expresada:
“No sabes lo que te espera”.
¡Vaya amenazas que bien pudieran, digamos, y luego de las desapariciones forzadas de Javier Duarte, terminar en la muerte, y lo que, claro, a nadie se desea!
Por cierto, ¿cuál es el origen del compadrazgo de José Luis Lobato y Miguel Ángel Yunes padre?
CUATRO. 12 semanas de calambres
En cuatro meses todo puede pasar.
En el semanario Proceso, por ejemplo, publicaron un reportaje sobre la última noche de Felipe Calderón Hinojosa en la presidencia de la república, cuando un colaborador le dijo que el sexenio terminaba. Entonces, Calderón preguntó cuántos minutos le quedaban:
“Quince minutos”.
Entonces, firmó un montón de concesiones de casinos a sus amigos y favorecedores.
Y en cuatro meses, caray, que significan doce semanas, muchas cosas pueden suceder, pero nadie quisiera que a la diputada local ni a su familia ni a sus colaboradores sufrieran un ataque de caspa, porque entonces, en el carril legislativo ya sabrían el nombre de los culpables.
Claro, el cierre del bar propiedad de un cuñado…
Más la procaz siembre de droga…
Más las auditorías…
Más los agravios sufridos por Cinthya Lobato por parte de He Man…
Más el fuego mediático en su contra…
Más las amenazas de muerte de las diputadas panistas… son demasiados anuncios del volcán erupcionando, fuera de control.
Lobato Calderón está actuando con entereza y firmeza, una actitud de dignidad que la enaltece, pues en todo caso, si el bar del cuñado funcionaba como la yunicidad dice que operaba, entonces, se tardaron demasiado para clausurar.
Más si se considera que desde mucho tiempo atrás ella estaba en el ring con el coordinador de la bancada panista, Sergio Hernández Mancha.
“No sabes lo que te espera” es una frase que anuncia huracanes y que acaso le quitará el sueño.
Pero ella es una hija digna del maestro José Luis Lobato Campos, tan firme y generoso al mismo tiempo que siempre perdonó los agravios de otros.